Habrá que esperar al menos un año más para que los científicos rusos toquen el agua más pura y antigua del planeta, la del lago Vostok, encerrada desde hace millones de años bajo la Antártida. Cuando faltaban unos 20 metros para llegar a lo que los científicos creen que es la superficie del lago, la expedición antártica rusa sufrió un revés que la obligó a cancelar la perforación hasta diciembre. "No nos ha dado tiempo a llegar al lago antes de que la temperatura del hielo antártico comenzara a descender. Debido a la alta presión y al descenso de las temperaturas se formaron cristales de hielo que obstruían el avance de la perforadora", anunció ayer Valeri Lukin, jefe de la expedición del Instituto de Investigaciones Articas y Antárticas (IIAA).