Las lágrimas por la solitaria cebolla envasada que denunció la campaña #DesnudaLaFruta, impulsada por la salmantina Isabel Vicente, han tocado la fibra de Greenpeace. Pepinos, mandarinas, plátanos... empaquetados de uno en uno, en parejas o tríos llenan las estanterías de los supermercados. El gigante contra los abusos del medio ambiente ha dicho ¡basta! y se ha sumado a la iniciativa animando a la población a que inunde esta semana las redes de imágenes de frutas y verduras sobreenvasadas, cuanto más ridículas mejor, bajo las etiquetas #DesnudaLaFruta, #BreakFreeFromPlastic y #RidiculousPlastic. Algunas de las fotos alcanzan el esperpento, como la de unos frágiles cocos protegidos de uno en uno en sus cajitas de plástico.

La campaña del destape frutero ha llegado a México, Guatemala y Argentina, se congratula Vicente, que ha complementado su protesta viral con correos a una treintena de establecimientos para que cambien de bando y se apunten a la guerrilla antiplástico. «Aldi nos ha dicho que pondrán carteles para que los consumidores lleven sus propias bolsas para las frutas y verduras», cuenta la ambientóloga.

El objetivo de la iniciativa, que coincide con la celebración el próximo domingo del Día de la Tierra, es sensibilizar a los comercios para que eliminen esos embalajes innecesarios y ofrezcan alternativas sostenibles, como los productos a granel. «Los supermercados deben liderar el cambio; de nada sirve que el cliente esté concienciado si su única opción es llevarse plátanos envasados», dice Celia Ojeda, responsable de consumo de Greenpeace.

Cadena trófica

La organización ha enviado la queja a los siete principales distribuidores del país y se reunirá con un par de ellos. «Deben comprometerse a la sostenibilidad de los océanos y entender que esos plásticos acaban en la cadena trófica. Una gran responsabilidad es suya», subraya.

Los datos para la reflexión son tajantes. El 80% de la basura del Mediterráneo son plásticos; en el 2011 más de 690.000 toneladas de envases se pusieron en el mercado en España y apenas un 9% del plástico total producido hasta la fecha en el mundo se ha reciclado. Cada año llegan al mar 12 millones de toneladas de plástico. «Como si cada minuto se tirara un camión de basura al océano», ilustra Ojeda. El impacto para la fauna marina es bestial: hasta nueve de cada 10 aves marinas, una de cada 3 tortugas y más de la mitad de especies de ballenas y delfines han ingerido plástico. Más de 550 especies de animales se tragan objetos y/o se enredan en ellos, en algunos casos causando su muerte.

«La cultura de usar y tirar está destruyendo el medio ambiente», advierte la experta, quien recuerda que la escalada brutal del plásticos se ha producido en los últimos 15 años. El reciclaje, avisa, no es la solución. Hay que cortar la epidemia en inicio.