Dos incendios permanecían sin control anoche en Galicia. El más importante, localizado en el monte Pindo, en el municipio coruñés de Carnota, había calcinado 1.900 hectáreas, superficie que lo convierte en el más devastador del verano en la comunidad. En Porto do Son, también en A Coruña, el fuego había quemado 150 hectáreas. Además estaban en fase de control los incendios de Negreira, asimismo en A Coruña, con 400 hectáreas quemadas, y A Fonsagrada, en Lugo, con tres focos y 600 hectáreas consumidas. Tanto este último fuego, en un territorio que pertenece a la reserva de Oscos-Terra de Burón, como el del monte Pindo afectan a zonas de alto valor ecológico.

El fuego del monte Pindo se declaró a última hora de la tarde del pasado miércoles y ha amenazado a los núcleos de población de Cornido y San Cibrán. Este incendio se ha convertido en el más devastador del verano en Galicia, por encima del declarado el 26 de agosto en Oia, en Pontevedra, donde el fuego arrasó 1.850 hectáreas. El incendio de Porto do Son comenzó a primera hora de la madrugada del viernes.

La magnitud del fuego de Carnota, que ha arrasado el venerado monte Pindo, ha llevado al ayuntamiento a solicitar la declaración de zona catastrófica, así como la habilitación de ayudas para regenerar el terreno y paliar los daños que en cientos de viviendas ha causado el siniestro. La consejera de Medio Rural, Rosa Quintana, explicó que se trata de una zona "muy complicada para trabajar", en la que los brigadistas "prácticamente tienen que hacer alpinismo". El alcalde de Carnota manifestó que está seguro de que el fuego fue intencionado, y otro tanto hizo el alcalde de A Fonsagrada.