Aquello no podía ser solo una explosión de gas. Lo que se encontraron ayer los Bomberos de Barcelona en el primero tercera de los números 253-259 de la calle de Andrade, en la Verneda, se había hecho con saña. Probablemente la de la inquilina de esa vivienda, Anna Romero, que ayer mismo tenía que ser desahuciada. La imagen de los escombros era terrible tras la explosión y posterior deflagración que acabó con la vida de tres personas: dos hermanos de 28 y 34 años, y con seguridad, la presunta homicida. Los indicios encontrados entre las ruinas han permitido a los Mossos hilvanar un primer relato de los hechos: La mujer empapó su piso de gasolina.

Algunos testigos dicen que la vieron salir con una maleta. Es posible, pero volvió para prender fuego a la casa. Los gases evaporados con rapidez de la gasolina provocaron una destructora explosión que afectó al piso vecino. Después llegó el fuego que destruyó una canalización de gas y provocó una deflagración. No fueron pocos los bomberos que ayer aseguraron no haber visto nunca con un paisaje tan arrasado.

Por eso, los agentes de la policía científica de los Mossos no lo tendrán fácil para avalar su hipótesis. Pero dos hechos son incuestionables: la homicida utilizó gasolina y la compañía había cortado el suministro de gas. Sin embargo, también hubo una deflagración de gas.

DRAMATICA EVACUACION Los hechos ocurrieron a las 7.30 horas de la mañana, en una finca de siete plantas que hace esquina con la Rambla de Prim, con 28 viviendas. Una primera dotación del parque de Llevant de los Bomberos de Barcelona apareció en tres minutos y consiguió el principal objetivo: acorralar las llamas en los dos pisos afectados. Mientras tanto, iban apareciendo bomberos de todos los parques de Barcelona que iniciaron una compleja operación de evacuación de los vecinos de las plantas superiores que, aterrados, salían a los balcones y ventanas gritando auxilio.

Los bomberos subieron piso a piso, llamaron a todas las puertas y tranquilizaron a los vecinos. Les rogaron que no salieran al balcón, que no bajaran por las escaleras y que tuvieran paciencia, que les rescatarían. Quedarse en el interior de sus casas les salvó la vida. Eso y el temple del edificio que aguantó la cadena de explosiones con solvencia. Los Bombers de la Generalitat colaboraron con dos escaleras de rescate, que aceleró el salvamento.

De los 13 vecinos trasladados al hospital por inhalación de humo, solo una mujer presentaba quemaduras, la madre de los dos hermanos fallecidos, que se encontraba en una estancia de la casa de la que pudo ser rescatada con vida. No será hasta dentro de unos días que los resultados del ADN ratifiquen las sospechas policiales y se den por buenas las identificaciones de las víctimas. Pero anoche había tres cadáveres de dos mujeres y un hombre; y tres desaparecidos: los dos hermanos y Anna Romero.

Los afectados del resto de viviendas fueron derivados al centro cívico La Palmera. Hasta allí llegaron en ambulancia los inquilinos que precisaron asistencia médica por inhalación de humo o ataques de ansiedad, y donde los servicios sociales facilitaron alojamiento en hoteles a una decena de familias. Pese a que la estructura del inmueble no se vio dañada, tardará en ser habitable. Carece de agua, electricidad y gas; y el humo se coló en casi todas las casas.