Al menos 44 personas han perdido la vida en el estado brasileño de Río de Janeiro como consecuencia de los corrimientos de tierra provocados por las fuertes lluvias caídas durante casi dos días consecutivos. La situación más crítica se produjo en Ilha Grande, una pequeña isla de pescadores a unos 150 kilómetros de la ciudad de Río y orientada al turismo ecológico, donde murieron al menos 22 personas cuando un hotel quedó sepultado por la tierra de una montaña. La Posada Sankai está en el norte de la isla y su acceso solo es posible por mar. Los fallecidos, cuyo número puede todavía incrementarse, eran turistas que celebraban el año nuevo. Los esfuerzos de los equipos de emergencia eran ayer titánicos para encontrar a personas con vida entre los escombros. En el hotel estaban registradas 40 personas.

La zona afectada por el corrimiento no estaba considerada de riesgo porque la vegetación es nativa y no había señales de deforestación. El corrimiento sepultó otras tres viviendas cercanas. Al margen de los equipos de salvamento habituales, el Ejército se ha desplazado a la zona.