Las fuertes lluvias que han afectado en los últimos días a la mayor parte de la península han ocasionado hoy la muerte de dos personas por el derrumbe de un puente en Ciudad Real y han activado la alerta por riesgo de desbordamiento de ríos en todas las cuencas hidrográficas, salvo las del Júcar y el Segura.

Las cuantiosas precipitaciones, que han alcanzado récords para el mes de marzo, han situado a los embalses españoles en máximos históricos de llenado -con lo que su capacidad de regulación es muy bajo- y han llevado a la Dirección General de Protección Civil y Emergencias a alertar por riesgo de desbordamiento de ríos de la mayoría de las cuencas hidrográficas.

Así, la crecida del río Yeguas a su paso por la localidad ciudadrealeña de Fuencaliente ha provocado la muerte de dos personas que viajaban en un camión y un turismo como consecuencia del hundimiento de un puente en la carretera N-420.

Aunque inicialmente se informó de que en el camión viajaban dos personas, porque desde la empresa se comunicó a las autoridades que el conductor siempre iba acompañado, finalmente sólo ha aparecido un cadáver en su interior, lo que sumado al ocupante del otro vehículo ha dejado en dos las víctimas de este suceso.

En Castilla y León, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero, José Valín, ha señalado que la situación en los ríos "se va a mantener más o menos estable" en los próximos días, aunque dependerá en buena medida "de lo que llueva a lo largo de la semana".

La situación más complicada es la del Duero, especialmente a su paso por las provincias de Zamora y de Valladolid, mientras que las aguas crecidas del Pisuerga llegarán mañana a la localidad zamorana de Toro, donde el Duero ya baja con entre 1.300 y 1.400 metros cúbicos por segundo.

La situación tiende a normalizarse en la cuenca alta del Duero, en la provincia de Soria, donde el embalse de la Cuerda del Pozo desembalsa 60 metros cúbicos de agua por segundo y presenta unas reservas del 90 por ciento.

Numerosas carreteras siguen cortadas en Castilla La Mancha, especialmente en Ciudad Real, debido al desbordamiento de ríos y arroyos y el Ayuntamiento de Cuenca mantiene cerrado el acceso al Parque Fluvial y otras zonas de la ribera del Júcar.

En la Sierra de Alcaraz (Albacete), 125 personas -la mayoría de la Comunidad Valenciana- han quedado aisladas en un cámping debido a la crecida del río Mundo, cuyo caudal ha sobrepasado un puente, que es el único acceso que hay para llegar hasta dichas instalaciones, situadas en la pedanía de Mesones.

Además, dos hombres de 65 años han sido rescatados esta mañana por una lancha de Protección Civil después de permanecer toda la noche en el jeep en el que viajaban y que fue arrastrado por la corriente de un arroyo desbordado en una finca situada entre las localidades de Siruela (Badajoz) y Chillón (Ciudad Real).

En Navarra, las intensas lluvias de los últimos días han vuelto a provocar el desbordamiento del Ebro y, aunque la avenida no ha alcanzado los niveles de las registradas en enero y febrero, como los diques rotos entonces no habían sido reparados, se han vuelto a anegar los campos de varias poblaciones.

El nivel del río Ebro a su paso por Castejón ha descendido en las últimas horas, pese a lo que todavía persiste la situación de alerta por riesgo de desbordamiento y permanece cortada al tráfico la N-113 Pamplona-Madrid a su paso por esta localidad.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha informado de que las lluvias remitirán durante las próximas 48 horas, pero el miércoles accederá un nuevo frente por el suroeste de la península que, en principio, no dejará grandes precipitaciones.

Según ha explicado a Efe el portavoz de la Aemet, Alejandro Lomas, la tendencia entre hoy y mañana es que solo llueva de manera localmente moderada, sobre todo en las Rías Baixas y en el interior de la península, así como chubascos aislados en Andalucía y Pirineos.

Mañana lloverá aún menos que hoy y las precipitaciones irán desapareciendo a partir de la tarde. Sin embargo, el miércoles entrará un nuevo frente lluvioso por Andalucía occidental y Extremadura, que progresivamente irá barriendo todo el país y que afectará sobre todo a las cuencas del Guadalquivir, Guadiana y el Tajo.