El orden de los apellidos de los hijos en caso de desacuerdo entre los progenitores lo decidirá el funcionario del Registro Civil si en tres días los padres no son capaces de ponerse de acuerdo, según el acuerdo alcanzado en el Congreso en la tramitación del proyecto de ley de Registro Civil.

Finalmente, no será el orden alfabético, como había propuesto inicialmente el Gobierno, ni el azar, como habían sugerido algunos grupos parlamentarios de la oposición.

Conforme a la enmienda pactada, si no hay acuerdo entre los padres, que sería "su obligación", se les apercibirá que tienen tres días más para cumplir con su obligación de fijar el orden y, de no hacerlo en ese plazo, decidirá la persona encargada del Registro Civil, atendiendo siempre al interés superior del menor.

Así lo ha celebrado el diputado nacionalista catalán Jordi Jané durante la votación del proyecto de Ley del Registro Civil en la Comisión de Justicia del Congreso. "Aporta sentido común a lo que el proyecto de ley establece, la regla alfabética no tenía ningún sentido si hay una discrepancia sobre el orden", ha agregado.