El ministro de Educación, Angel Gabilondo, lanzó ayer la idea de que ha llegado el momento de poner fecha a la ampliación de la escolarización obligatoria de los 16 a los 18 años, lo que comportaría garantizar la gratuidad de la enseñanza hasta las puertas de la universidad. Aclaró que no defendía que ello vaya a ocurrir "mañana por la tarde" y a continuación dejó caer el ejemplo de Portugal, país que se ha propuesto extender la escuela obligatoria hasta los 18 años en el 2012.

El gesto audaz del ministro recibió una buena acogida, hasta en las filas del PP, que se abstuvo de criticarlo e incluso se mostró predispuesto a tratar de ello en el marco de las negociaciones para suscribir el pacto educativo que Gabilondo persigue.

El portavoz popular de Educación en el Congreso, Juan Antonio Gómez Trinidad, matizó, sin embargo, que esa reforma no figuraba entre las prioridades que tiene planteadas el sistema educativo español. La mayor parte de los sindicatos, federaciones de padres de alumnos y patronales aplaudieron la iniciativa.

El titular del Ministerio de Educación formuló su planteamiento en una entrevista de RNE, donde también se mostró partidario de analizar si hay que implantar cambios en el Bachillerato, una actitud que dio pie a que reapareciesen las voces que reclaman que la etapa, ahora de dos cursos de duración, se amplíe a tres.

La propuesta del ministro llega cuando todavía no han transcurrido dos décadas desde que, a comienzos de los 90, la ley de ordenación del sistema educativo (LOGSE) impulsada por los socialistas extendiera el periodo obligatorio de escolarización de los 14 a los 16 años.

Las disfunciones que creó la reforma entre el profesorado habituado a tratar con estudiantes vocacionales fue otro de sus talones de Aquiles.

ABRIR LAS AULAS Aunque nadie cuestiona que esa ampliación fue un avance, la ley, reelaborada primero por la ley de calidad de la enseñanza (LOCE) del PP y después por la ley orgánica de educación (LOE) del Ejecutivo actual, fue vapuleada desde diferentes frentes por los menguados recursos con los que contó para abrir las aulas al alumnado que hasta entonces abandonaba la escuela a los 14 años.

DECLARACION DE LISBOA La idea llega también en un momento en que España está lejos de alcanzar el objetivo de la Declaración de Lisboa suscrita por de los países de la Unión Europea, que planteaba para el año 2010 que el 85% de los jóvenes comunitarios de 18 a 24 años contarán con estudios secundarios postobligatorios, o sea que hayan cursado el Bachillerato o un ciclo medio de Formación Profesional.

El índice español de los que se matriculan en ellos ronda el 70%, pero los que finalizan los estudios de esa etapa son menos, alrededor del 62%.