Desde 1968 nadie ha visto en libertad a la gacela viviente más grande y con el pelaje más llamativo, la Gazella dama mhorr . Hoy apenas quedan en todo el mundo 250 ejemplares, criados en cautividad, y con una variabilidad genética paupérrima, que colocaban a la especie en vías de extinción. Pero en breve podrá verse en Africa, de donde es originaria, y en gran parte de este continente.

El seguro de vida de esta especie escasa en la naturaleza ha venido de la mano de un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ha logrado por primera vez en el mundo el nacimiento de una gacela mediante inseminación artificial con semen congelado.

Los problemas

La cría, un macho, nació el pasado 15 de junio tras cinco años de trabajos en el parque de rescate de fauna sahariana, dependiente de la Estación Experimental de Zonas Aridas de Almería, un centro del CSIC creado en 1971 para tratar de salvar la singular flora y la fauna del norte de Africa.

La técnica, ensayada en ovejas y cabras, permitirá --según los investigadores-- paliar la amenaza de la consanguinidad, que afecta especialmente a las poblaciones pequeñas y aisladas, que son las más susceptibles a enfermedades y parásitos y a problemas reproductivos.

"La calidad del semen era mediana y decreciente. Con esta técnica se puede asegurar al menos su supervivencia" , destacó Gerardo Espeso, de la estación de Almería.

La congelación del semen de baja calidad también es dificultosa. Por ello, estos especialistas realizaron diversos estudios con distintos diluyentes para dar con el más adecuado para su refrigeración hasta 5 y su congelación a -200 de nitrógeno líquido por tiempo indefinido. Luego, se descongeló el semen al baño maría a 37 durante 30 segundos y se evaluaron los espermatozoides para ver si se movían. Antes de introducir el semen en la hembra mediante laparoscopia, realizaron ensayos sobre los periodos de celo y menstruales e indujeron la ovulación con hormonas e inyectaron el semen en el útero.