La cosa va de samuráis. Jennifer López y Beyoncé, dos pequeños saltamontes de una escuela de Kendo de la China milenaria, tienen una misión que cumplir. Deben dar una lección al mal en un remoto club nocturno donde reina el mafioso David Beckham. Su irrupción en el garito se salda con una sinfonía de guantazos que deja pasmado al capo, quien, humilde y arrepentido, acaba apuntándose a la academia de las pipiolas aventajadas. Fin. No es el argumento del nuevo bombazo del cine honkonés, sino la trama del anuncio de Pepsi que ayer presentaron en Madrid la cantante, la actriz y el futbolista.

Tan encantados quedaron de la experiencia, que Beyoncé se plantea repetir. "Dar patadas es fascinante, me encantaría rodar una película de artes marciales en el futuro", señaló. La cantante es un ídolo en medio mundo, pero ayer debió sentirse convidado de piedra al lado de López y Beckham, que atrajeron las curiosidades de los más de 200 periodistas autorizados a presenciar la premier mundial del espot, previa espera de dos horas.

Había curiosidad por conocer cómo le va en su matrimonio a la actriz y al cantante Marc Anthony, también presente en la sala. Pero era el madridista y su hijo recién nacido, Cruz, el blanco de las dianas. "El niño está bien, come mucho y Victoria se encuentra perfecta", sacaba de dudas el futbolista.

VISITA PRINCIPESCA Con honores de jefe de Estado, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dio ayer la bienvenida a Felipe y Letizia en el palacio de Planalto, en Brasilia. Los Príncipes fueron al Parlamento y al Senado. El sábado, visitarán una favela de Salvador de Bahía.

CULEBRON BRITANICO El Gobierno británico esgrimió ayer la ley de derechos humanos, promulgada en Inglaterra en el 2000, para justificar la legalidad de la boda civil entre Carlos y Camilla. En una excepcional declaración escrita, presentada por el procedimiento de urgencia, Charles Falconer, responsable de asuntos jurídicos del Gabinete, rechazó las dudas sobre el enlace real planteadas por expertos constitucionales.

Falconer volvió a esgrimir la ley de matrimonios de 1949 que, según la interpretación del Gobierno, autoriza la unión civil de los miembros de la familia real. Los portavoces de Clarence House negaron ayer que la ausencia de Isabel II deba interpretarse como un desaire a los novios.