Galicia no aprende de sus tragedias y la negra historia se repite. En los últimos 30 años, el litoral gallego ha sufrido cinco accidentes marítimos que han vertido más de 275.000 toneladas de hidrocarburos. Aun así, la Xunta carece de un plan de emergencias para actuar contra las mareas negras. Totalmente desprotegida frente a su principal amenaza, Galicia ha tenido que recurrir a la ayuda internacional ante la carencia de medios e infraestructuras.

El Ministerio de Fomento tiene pendiente de aprobar un plan de respuesta inmediata contra mareas negras. De momento sólo hay un borrador. El proyecto es crucial porque, una vez aprobado, cada comunidad autónoma podrá desarrollar su plan de emergencias, coordinado con la Administración central.

SITUACION DE "VERG ENZA"

"Es una vergüenza que Galicia siga sin tener un plan de respuesta rápida y unos protocolos de actuación 10 años después de la tragedia del Mar Egeo . Sólo hay que darse una vuelta por alguna de las 90 playas afectadas para comprobar que la descoordinación impera en las labores de limpieza. Los planes de emergencia sirven para evitar todo este caos", asegura Ezequiel Navío, de la asociación ecologista WWF Adena y promotor del Operativo Ergos, el primer grupo de respuesta rápida contra la contaminación marina por hidrocarburos que existe en España.

Mientras, miles de toneladas de fuel permanecen a la deriva en el Atlántico desplazándose al capricho de los vientos ante la incapacidad de atajar la mancha. "Es intolerable que estemos a expensas de la meteorología y la fortuna. ¿Cómo es posible que España no tenga ni un solo barco anticontaminación?", denunció Victoriano Ugorri, catedrático de Zoología Marina.

España es signataria del convenio internacional Marpol, que obliga a los firmantes a disponer de los medios y equipos necesarios para luchar contra la contaminación de hidrocarburos. El desastre del Prestige ha demostrado hasta qué punto España incumple el convenio porque no tiene un solo buque de recogida con bombas de succión de fuel.

REACCION TARDIA

Esa carencia obligó a pedir colaboración a otros países. "Pero tarde. El primer día que el Prestige empezó a perder fuel, la Xunta debería haber solicitado ayuda internacional", lamentó Ezequiel Navío. De momento, ya están trabajando dos buques anticontaminación: el Ailette , francés, y el Rinj Delt , holandés. Otros cinco están en camino.

Los remolcadores de Salvamento Marítimo también han quedado en evidencia, por obsoletos y poco potentes. Este accidente también ha demostrado que en España no hay suficientes barreras anticontaminación.