Las llamas se han llevado por delante más de 40.000 hectáreas de monte en Galicia, donde la media diaria de incendios no baja del centenar. El drama ecológico es de tal envergadura que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, no descartó ayer la existencia de una "trama" que está detrás de unos incendios "planificados con muy mala intención", y destacó entre ellos los provocados cerca de zonas urbanas, con "riesgo de vidas humanas". Para avanzar en las investigaciones, el fiscal jefe del Estado se citó con miembros de su departamento para coordinar criterios. Mientras, la plataforma Nunca máis recordó la lucha contra el fuel del Prestige y convocó una manifestación bajo el lema Lume, nunca máis (Fuego, nunca más) .

SIN RECUENTO OFICIAL Las autoridades gallegas se negaron a facilitar los datos de superficie abrasada, pero según los datos calculados por los ayuntamientos afectados, recopilados por varios diarios de la comunidad, la cifra supera las 40.000 hectáreas. Consultada por este diario, la Xunta no desmintió el dato.

Según esa estadística oficiosa --en la que falta la provincia de Lugo-- en Pontevedra se habrían quemado unas 30.000 hectáreas. La provincia coruñesa acumularía más de 5.000 y la de Ourense rondaría las 7.000. Todo en una semana. Los responsables de la Consejería de Medio Rural insistieron en que el recuento definitivo se realizará cuando las llamas hayan desaparecido. Los esfuerzos se concentran en acotar los fuegos, controlarlos y evitar que avancen. Sin embargo, por cada foco que se apaga surge otro nuevo.

A última hora de la noche de ayer, el número de fuegos en toda la comunidad ascendía a 143. El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño (PSOE), insistió en transmitir un mensaje de tranquilidad, pero la cifra de incendios sin controlar era anoche de 103. Touriño aseguró que "la capacidad de extinción mejora día a día" y destacó que las cuadrillas apagan o controlan el 74% de los fuegos. Sin embargo, a medida que pasan los días el caos se apodera de Galicia. Las infraestructuras de transporte se han visto afectadas, al igual que las telecomunicaciones ya que han ardido postes de telefonía.

AVION DE MARRUECOS Más de 7.000 profesionales se afanan en la batalla contra el fuego, que también está siendo combatido con la ayuda de otras comunidades, como Madrid, Castilla y León y Canarias. Los dos hidroaviones que envió Francia han regresado ya a su país de origen, aunque ahora la colaboración llega de Marruecos. Tras las 2.000 inscripciones en el teléfono en defensa del monte (900.400.800) algunos voluntarios desarrollan ya labores de protección y vigilancia.

El fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, mantuvo ayer una reunión con los principales miembros de su equipo, con especial atención a los encargados de delitos medioambientales. La cita tuvo lugar en Pontevedra para aunar criterios y coordinar acciones. Pumpido exigió a los fiscales el "máximo rigor posible" y les pidió averiguar si esta ola de fuegos sigue las motivaciones "tradicionales" o tiene detrás "una trama criminal organizada". Tampoco dudó de la intencionalidad de los siniestros. "Esta catástrofe no es natural, tiene indudables indicios criminales".

Ante la magnitud del drama, el ministro del Interior aseguró que los fuegos tienen "un grado de preparación llamativo". "Están hechos con muy mala intención en lugares estratégicos", añadió. Pérez Rubalcaba calificó a los pirómanos de "desalmado" que saben perfectamente "dónde y cómo hacer daño".

Y tanto. Los bomberos, en lugar de atacar las llamas en los montes, tienen que afanarse en impedir que lleguen a los núcleos de población, que son prioritarios. Y en la calle también se sigue luchando contra las llamas, la Plataforma Nunca Máis reapareció anunciando una manifestación para el día 20.