Quién no recuerda a Gene Kelly, paraguas en mano, bailando en medio de un chaparrón en la mítica película Bailando bajo la lluvia . Pues en Extremadura también se canta estas semanas, pero en voz baja, de la mano de un grupo de actores que están representando Cantando bajo en la lluvia , una parodia de la película norteamericana adaptada por el escritor Florián Recio, colaborador semanal de este diario.

La última de las representaciones de la obra teatral ha sido en Trujillo, y corre a cargo de la compañía extremeña Planta Baja, en coproducción con Verbo Producciones.

La principal diferencia con la conocida película es que no es un musical. La historia transcurre en el año 1927, y cuenta los obstáculos y novedades que encontraron los actores de entonces en el paso del cine mudo al sonoro.

Según palabras del director, Fernando Sansegundo, "se trata de una comedia con muchos matices, que habla del éxito y del fracaso, temas muy actuales. Queremos que el público se divierta de una manera inteligente, por eso tocamos puntos muy distintos de la inteligencia y la sensibilidad de las personas".

Llamativa y original es la presencia de una pantalla entre los elementos de la escenografía: la interpretación teatral de los actores se complementa así con la proyección de imágenes y secuencias cinematográficas.

Los actores de esta obra son todos extremeños: la cacereña Carolina Rocha y los pacenses Diego Ramos, Ana García, Manuela Sánchez y Francis Lucas, todos ellos con una amplia experiencia sobre los escenarios.

Planta Baja ha estado tres meses ensañando la obra en Don Alvaro y Almendralejo, sede de la compañía. En esa localidad fue estrenada la obra, para luego ser representada en Azuaga, Villanueva y Trujillo. Las próximas fechas son el 6 de mayo en Zafra, el 2 de junio en Badajoz, el 4 en Cabeza del Buey, el 10 en Olivenza, y el 18 de junio en Navalvillar de Pela.

Carolina Rocha, una de las actrices, nos habla de su personaje, Lina Lamont: "Lina es una diva del cine mudo de Hollywood que tiene ciertos problemas vocales al adaptarse al cine sonoro. Es alegre, tierna, divertida..., pero se ve en la necesidad de mostrar también su lado más cruel cuando su mundo empieza a desmoronarse. Esta obra nos cuenta en clave de comedia un pedacito de la historia del cine, como si por un agujerito pudiésemos ver el día a día de aquellos actores mudos que tanto hemos contemplado y admirado en las pantallas".

Carolina estudió Arte Dramático en la Resad de Madrid, y es la primera vez que trabaja con una compañía extremeña. "Para mí está siendo una experiencia maravillosa y espero que sigamos mucho tiempo llevando esta obra a todos los rincones de Extremadura".

Hasta ahora, la respuesta del público ha sido muy positiva, lo que anima a la compañía a seguir actuando con mucha ilusión.