THtay un par de excusas que son típicas de quienes no tienen razón. La primera de ellas consiste en acusar a los demás y decir que están en peor situación. Esa fue una de las que usó Rajoy para justificar su desconocimiento de la lengua de Shakespeare al ser preguntado por un ciudadano. Pero Mariano no se conformó con eso sino que mencionó a otros pecadores, sacó el niño acusica que lleva dentro y afirmó que Aznar y Felipe González fueron buenos presidentes a pesar de no saber inglés. A uno le dan ganas de hacer muchos comentarios, pero lo resumiré con aquel refrán que decía que el mal de muchos era consuelo de un determinado tipo de personas. La segunda excusa le sirve para escudarse en el hecho de que en su generación no se aprendía inglés. Parece como si una vez aprobadas las oposiciones para registrador de la propiedad se hubiera cerrado toda posibilidad de aprendizaje ulterior. Por la misma regla de tres, los que fuimos al instituto en una época en que lo más parecido al ordenador era un cruce de calculadora Casio con una Olivetti , deberíamos estar escribiendo estas líneas con papel de calco, metiéndolas en un sobre y echándolas en un buzón amarillo. Este pretexto sirve para más cosas: hay varones que no fríen un huevo ni friegan un plato porque son de aquella generación que no fue educada para determinadas tareas. No, señor Rajoy, el argumento no vale. Nunca es demasiado tarde para aprender otra lengua y sólo se necesita voluntad, profesorado que sepa trasmitir y, sobre todo, perder la vergüenza y el miedo al ridículo. Los de su generación también pueden decir yes we can . Se lo aseguro.