Una niña de 5 años duerme desde ayer en un centro de acogida de la Generalitat después de que la Consejería de Acción Social y Ciudadanía haya retirado por segunda vez en cuatro meses la custodia a los padres tras una revisión médica en el Vall d´Hebron que el lunes certificó la existencia de lesiones que podrían ser compatibles con una agresión sexual. En agosto la familia ya fue investigada después de que los servicios de urgencias del mismo hospital descubrieran durante la cura de una infección que la pequeña presentaba lesiones, ya cicatrizadas, compatibles con abusos sexuales.

El caso de esta menor vecina de Ciutat Meridiana, en la ciudad de Barcelona, es complejo y ayer nadie en la Administración supo o pudo explicar qué le ha pasado realmente. En agosto, se quejó y sus padres --que en todo momento han mantenido una actitud colaboradora y fuera de toda sospecha-- no dudaron en llevarla a urgencias.

Allí, le descubrieron que el origen de la infección era un pelo que análisis posteriores revelaron que procedía de una cabeza. Durante la inspección, los médicos detectaron lesiones, ya cerradas y con una antigüedad de tres meses, que podían ser compatibles con una agresión sexual.

El hospital activó el protocolo por un caso de presuntos abusos sexuales y el titular del juzgado número 21 de Barcelona se hizo cargo de la investigación, que realizaron los Mossos adscritos a la fiscalía de menores. Al mismo tiempo, la DGAIA (Dirección General de Atenció a la Infancia y Adolescencia) retiró provisionalmente la tutela y custodia a los progenitores --nigerianos y con dos hijos más-- mientras se investigaba qué había pasado.

COTEJO DE ADN El juez mandó analizar el pelo y en noviembre ordenó a los técnicos que cotejaran el ADN del cabello con el de sus familiares, prueba a la que han accedido y de la que aún no hay resultados. Como los Mossos determinaron que el entorno de la niña no era sospechoso de una posible agresión sexual y esta no mostraba síntomas aparentes de victimización, la DGAI mantuvo la tutela pero devolvió a los padres la custodia, por lo que la menor volvió con sus progenitores. Eso sí, cada lunes, la llevaban a que la examinasen.

El lunes pasado, dijo que le dolía el ano. Entonces, el médico, ante los antecedentes de la menor, la envió al Vall d´Hebron. Allí, sedada, se le exploró con detenimiento y se descubrieron lesiones cicatrizadas. El hallazgo motivó que el hospital activara de nuevo el protocolo ante posibles agresiones sexuales y se presentó una nueva denuncia en el juzgado, que recayó en la titular del número 21. La DGAI retiró la custodia a los padres.

Anoche, eran numerosos los interrogantes sin respuesta. Tanto, que el primer juez que investiga el caso ordenó al médico forense que la vio en agosto que vuelva a explorarla para comprobar si las lesiones de ahora son las mismas. Si así fuera, la Administración habría actuado, en todo caso, aunque un portavoz de la consejería dijo anoche que la hipótesis es que sí sufrió abusos, como mínimo en agosto.