TDtesconozco si está arraigado en lo más profundo de la naturaleza humana desde que pisamos la tierra, o es más bien una mutación que ha acabado por incorporarse a nuestro código genético; un gen que se ha fortalecido convirtiéndose en predominante simplemente porque ha hecho prosperar a los hombres.

Si esto fuera así me llevaría a concluir que el latrocinio, es bueno para los humanos porque nos hace progresar, reproducirnos más y mejor, transmitiendo así el gen de ladrón a la generación siguiente. Pura teoría de la evolución y de la supervivencia de los más fuertes. Es posible, pero no quiero seguir por este camino.

Las elucubraciones que acabo de plasmar vienen al hilo de una noticia y una conversación posterior sobre ella. Oía hace unos días que se investigaba en Washington un fraude en los fondos que se habían destinado para la reconstrucción de Irak, un escándalo en el que estaban implicados militares de alta graduación. "Normal" dijo mi marido. "Donde hay dinero siempre existen desvíos y corrupción" y me contaba como en sus lejanos tiempos de mili el rancho era mejor o peor según el capitán que cada semana fuera el responsable de cocina.

Luego llegaron Roldán , el caso Fabra, la operación Malaya y Correa, solo por nombrar algunos de los muchos portadores del gen, que como predominante, llevan otros muchos como los militares americanos que desvían los fondos para la reconstrucción de Irak o los mandatarios que se quedan con las ayudas humanitarias.

Empiezo a pensar que la naturaleza no entiende de moral, solo de supervivencia, y que quienes mejor sobreviven son los que llevan en sus genes la herencia de la depredación, la del pez grande que se come al chico.

Empiezo a pensar que el gen de la honradez está en franca recesión.