Cuando Google cumplió seis años, en el 2004, los fundadores del buscador de internet más popular del mundo, Larry Page y Sergey Brin, escribieron que si su compañía "fuera una persona, acabaría de terminar los estudios de primaria". Cuatro cursos después, la criatura tecnológica ha llegado al final de la secundaria con varios galardones bajo el brazo: en abril fue considerada "la marca más valiosa" por la agencia Millward Brown y ayer ganó el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades por su "gigantesca revolución" cultural y su papel en el "acceso generalizado al conocimiento". En este tiempo, la empresa ha ampliado su radio de acción al mercado audiovisual, el editorial, el cartográfico e incluso al de telefonía móvil. Al hacerlo, se ha convertido en un ente tan usado y reverenciado como criticado y temido.

Si en ocasiones anteriores el galardón fue a parar a figuras solo familiares para unos cuantos --el crítico literario George Steiner y el cronista Ryszard Kapuscinski--, esta vez el jurado ha optado por una empresa cuyo mutante logo multicolor es conocido por cualquiera que se asome a la red. El 60% de las búsquedas en internet se hacen a través de Google, tanto en EEUU como en España o Uganda. Según el acta del premio, la compañía, con sede en California, ha contribuido de forma decisiva "al progreso de los pueblos por encima de fronteras ideológicas, económicas, lingüísticas o raciales", batiendo por el camino "todos los récords de efectividad".

Durante el día de ayer se escucharon objeciones al fallo del jurado (por elegir a una empresa y no a una persona, por ejemplo), pero hay algo en su deliberación que resulta imposible de discutir: Google arrasa. Nunca antes ha habido una compañía cuya influencia se extienda tanto por todo el paisaje mediático. Ni con tanta capacidad para trastornar distintos modelos de negocio.

LA LEYENDA El nacimiento de Google, como el de Microsoft o el de los Beatles, es una leyenda de la cultura popular. En 1996, el ruso Brin y el norteamericano Page idearon un buscador que daba prioridad a las páginas en función del número de vínculos que estas tenían y no según la cantidad de veces que la palabra buscada aparecía en ellas, como hacían otras herramientas. Ahora, esta enorme criatura del siglo XXI, tiene 12.000 empleados y un capital bursátil de 85.000 millones de euros.