Cuando parecía que la historia de Madeleine McCann --la niña inglesa de 4 años que desapareció el 3 de mayo de un apartamento del Algarve mientras sus padres supuestamente cenaban en un restaurante cercano-- ya no daba para más, cuando su rostro había desaparecido de las portadas de los periódicos británicos y las muestras de solidaridad comenzaban a escasear, la investigación parece haber dado un vuelco y el furor por este suceso, totalmente inusitado en comparación con otros casos similares, ha vuelto. Según publicaba ayer la cabecera lisboeta Diario de Noticias, la policía lusa sabe desde hace un mes que la niña murió el mismo día que desapareció.

No solo eso. El periódico también señala que los agentes sospechan de los padres, Gerry y Kate McCann, quienes se han embarcado estos últimos meses en una gira sin precedentes que les ha llevado a entrevistarse en busca de ayuda con personalidades como el Papa, la primera dama de EEUU, Laura Bush, y el ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba.

CIRCULO De hecho, el diario asegura que los progenitores de la menor y su círculo más cercano están siendo investigados desde que esta fue vista por última vez, hará 100 días el próximo sábado. Tanto Gerry como Kate incurrieron en numerosas contradicciones durante su declaración. De momento, la policía judicial lusa ni confirma ni desmiente esta noticia.

Hechas estas supuestas revelaciones, que no explican cómo han llegado los agentes portugueses a la conclusión de que Madeleine está muerta, la prensa del país vecino se precipitó ayer a resaltar que la actitud del matrimonio McCann había cambiado de forma radical. Si antes se desvivían a la hora de conceder entrevistas para mantener el interés en el caso, ahora tratan de esconderse de los periodistas.

El padre tardó poco en reaccionar. "No somos ingenuos, pero en numerosas ocasiones la policía portuguesa nos ha asegurado que están buscando a Madeleine viva. No sé de ninguna información que haya cambiado esto", declaró Gerry McCann, tras reconocer, a la televisión británica Sky News, que las nuevas informaciones les habían hecho "mucho daño" y que "es duro" ver cómo su familia es objeto de investigación.

FALLO Más allá de esas supuestas contradicciones de los McCann, las sospechas policiales, según la prensa portuguesa, se basan en unas opacas declaraciones que hizo la madre, Kate, tras la desaparición de su hija. "¡Se la han llevado, ellos se la han llevado!", gritó a los amigos con los que había cenado. De acuerdo con la versión de un vecino, una vez interpuesta la denuncia, añadió: "Algo ha fallado".

Y luego está la sangre. El lunes, Jornal de Noticias publicó que un cocker spaniel de la policía británica había hallado rastros de sangre en la habitación del matrimonio McCann.