El Consejo de Ministros ha aprobado este viernes la rescisión de la concesión del tramo Figueres-Perpiñán del AVE a la empresa TP Ferro, dirigida por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. Una empresa pública hispano francesa se hará cargo de la gestión de la infraestructura mientras se negocia el importe del rescate, que algunas fuentes sitúan en los 450 millones de euros.

La decisión dará “tranquilidad a todos los usuarios de los trenes que circulan por este túnel, dada que seguirán funcionando", ha asegurado el ministro portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

La rescisión del contrato y la asunción del túnel por parte de los Estados tiene lugar después de que TP Ferro, participada a partes iguales por las constructoras ACS y Eiffage, no superara el concurso de acreedores en que estaba inmersa desde hacía un año y se viera abocada a la liquidación.

La banca acreedora no aceptó el plan que las constructoras plantearon para reestructurar y abonar la deuda de 557 millones de euros que soporta el túnel de este primer AVE transfronterizo.

Tras la anulación del contrato con las constructoras, el próximo lunes España y Francia firmarán en París el acuerdo por el que los dos Estados se harán cargo de la infraestructura.

Para ello, Adif y su homólogo galo ya han constituido una empresa conjunta que se denomina Línea Figueres Perpignan (LFP), que será la que asuma el túnel y su gestión.

En concreto, esta compañía se hará con un tramo de AVE de 44,4 kilómetros de longitud, que discurre entre Figueres y Perpignan, y que incluye un túnel de 8,3 kilómetros bajo los Pirineos.

INVERSIÓN DE 1.000 MILLONES

ACS y Eiffage, a través de TP Ferro, se adjudicaron en 2003 la construcción y posterior explotación durante cincuenta años de esta infraestructura, considerada una de las mayores obras de ingeniería civil, que supuso una inversión de 1.000 millones de euros.

Los retrasos acumulados en la puesta en servicio del túnel y en su conexión con la red AVE de los dos países, así como el limitado tráfico de trenes que registra, constituyen las causas de la quiebra de la concesión.

La liquidación y rescate del AVE transfronterizo tiene lugar después de que ACS y Eiffage hayan emprendido en los últimos años tres arbitrajes internacionales para reclamar distintas cantidades a España y Francia. Uno de ellos lo perdieron, el otro decayó y el tercero está pendiente de resolución.