Siete de cada diez víctimas mortales de tráfico se registraron en el 2012 en las carreteras convencionales. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, esgrimió ayer este dato para anunciar que esta primavera, cuando se apruebe el nuevo código de circulación, se rebajará la velocidad máxima en las vías secundarias, establecida en la actualidad en 100 kilómetros por hora en unas y en 90 en otras. De paso, apuntó que aunque no hay ninguna decisión adoptada sobre una posible subida de los límites en autovías y autopistas, en cualquier caso, se fijarán topes variables dependiendo de las características del tramo, de la vía o de las circunstancias meteorológicas.

"No es lo mismo --reflexionó el ministro-- conducir con un sol radiante que no niebla o lluvia, como hacerlo sobre un asfalto en buen o mal estado". También argumentó que no es razonable que haya un diferencial tan estrecho, de solo 20 kilómetros por hora ,entre la velocidad máxima en carretera y autopista.

CAMBIO DE POSTURA / El anuncio del actual Ejecutivo contrasta con la postura del PP en febrero del 2011 cuando el entonces portavoz, Esteban González Pons calificó de "sovietica, caótica, esperpéntica y ridícula" la bajada del límite a 110 kilómetros por hora aprobada por el Gobierno de Zapatero. "¿Es que Zapatero no tiene nada mejor que hacer? Mañana podría apagar la luz a las diez de la noche, limitar el consumo de carne, o obligarnos a vivir dos familias por casa", abundó. Y remachó categórico: "Así no se gobierna un país".

Otra medida que el Gobierno estudia para tenerla lista en el 2013 es imponer el uso obligatorio del casco en bicicleta tanto en carretera como en vía urbana y la prohibición de circular con ellas por las aceras. Quizá, según el ministro, se implante primero en los menores de edad, el colectivo más vulnerable. También se debatirá que en el futuro la única tasa permitida de alcohol sea 0,0 %, es decir, ni una sola gota.