El consejero de Educación y Universidad, Martí March, apeló ayer a la «prudencia» y a la «tranquilidad» a la espera de que se conozca el informe de la Inspección educativa sobre la agresión que sufrió una alumna de 8 años en un centro educativo de Palma, y que podría estar concluido esta misma semana.

«Hay una investigación abierta y tenemos que apelar a la prudencia. No puedo desvelar ni un detalle de lo que se está investigando». Así de hermético se mostró March para romper una lanza en favor del colegio Anselm Turmeda de Palma donde ocurrieron los hechos. Asegura que es un «centro seguro» aunque no se haya expulsado a los seis niños que la Policía ha identificado como supuestos autores de la paliza.

Marinel, la madre de la niña, ha pedido una orden de alejamiento porque se siente «desprotegida». Considera «indignante» que no se haya tomado ninguna medida cautelar. H