Al Gobierno catalán se le está acabando la paciencia con Vic. Tras una hora de debate interno en la reunión del Consejo Ejecutivo de ayer, el consejero Joaquim Nadal endureció el tono de los últimos días y reprochó al ayuntamiento de esta ciudad que haya convertido su intención de no empadronar a inmigrantes sin papeles en un "reto público". El Ejecutivo autonómico no acepta un uso "partidario, oportunista y demagógico" de la inmigración ni el revuelo y la polvareda levantada, añadió Nadal.

Tras unos primeros días de declaraciones de cierta ambigüedad o tibieza, en el tripartito catalán se ha impuesto un no firme a los planes de Vic, para evitar que el debate sobre la inmigración, considerado materia altamente inflamable, no acabe beneficiando a las tesis más restrictivas respecto a los extranjeros en año electoral. Ayer mismo la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, anunció que esta cuestión será un "eje prioritario" de su campaña electoral y que hablará "sin complejos". El líder de CiU, Artur Mas, reiteró su apoyo a los concejales de la federación nacionalista en Vic.

El enojo de la Generalitat ha crecido en las últimas horas porque ve "tramposo" el último movimiento del ayuntamiento: una consulta remitida al Ministerio del Interior para que indique si un pasaporte sin visado es "valido y suficiente" para empadronar a un extranjero no comunitario. Una petición avalada por el bufet Roca i Junyent. Sin embargo, esta firma de abogados se limita a defender que el ayuntamiento no ha vulnerado la ley porque aún no ha tomado ninguna decisión.

RECHAZO DEL MINISTRO Fuentes del Gobierno de José Montilla confían en una rápida respuesta política e inequívocamente negativa por parte del Ministerio del Interior a la puerta abierta por Vic. En este mismo sentido, el ministro, Alfredo Pérez Rubalcaba, avanzó ayer que espera cerrar la polémica en las próximas horas. El titular de Interior reiteró que un inmigrante irregular tiene derecho a empadronarse.