El acuerdo provisional entre Google y el sindicato norteamericano de editores para crear la biblioteca virtual más vasta del mundo ha sido criticado por diversas oenegés, autores y competidores de la empresa tecnológica como Microsoft y Amazon. Ahora, también lo critica la Administración de EEUU. Su Departamento de Justicia ha hecho llegar un escrito al juzgado de Nueva York que tiene que dar el visto bueno al convenio en el que dice que este, tal y como está, no debe ser aprobado. A su modo de ver, el acuerdo puede colocar a Google en una cómoda posición cercana al monopolio. La Administración afirma, además, que los intereses de los autores, sobre todo extranjeros, no son atendidos del todo.

En octubre, Google, que quiere digitalizar todos los libros publicados a lo largo de la historia, llegó a un compromiso con los editores norteamericanos. La empresa debía crear un fondo de 100 millones de euros para compensar a los propietarios de los derechos de autor de los libros ya escaneados y, después, el usuario de la biblioteca --llamada Book Search -- pagaría por acceder a cualquier texto que no fuese de dominio público. Tal y como está redactado el pacto, un escritor puede negarse a participar en el proyecto, pero solo si expresa su rechazo.

RETOQUES Este pacto será revisado en sede judicial, pero quizá entonces su contenido haya cambiado. Según varias publicaciones de EEUU, Google está revisando el acuerdo para que solo los autores que hayan dicho expresamente sí a Google formen parte de su biblioteca.