El ministro de Industria, Comercio y Turismo, Miguel Sebastián, acabó ayer con el temple de los operadores turísticos españoles. Después de tres días de caos organizativo, nerviosismo y un goteo de anulaciones, agencias de viajes, aerolíneas y hosteleros no pudieron menos que mostrar su disgusto ante la afirmación de Sebastián de que sus cálculos iniciales sobre las repercusiones económicas de la huelga que el viernes y el sábado protagonizaron los controladores aéreos son "precipitados y prematuros".

El ministro basó su estimación en el hecho de que la mayoría de los viajeros afectados son españoles --los extranjeros no tenían puente-- y en la constatación de que solo el 10% iba a coger un avión estos días.

Por eso afirmó que el turismo rural, el urbano y el de las estaciones de esquí han sufrido "un impacto limitado", mientras que el segmento más perjudicado fueron las islas y los establecimientos situados en las costas.

Sebastián no mencionó las pérdidas que pueden haber acumulado aerolíneas y agencias de viajes, posiblemente los negocios más perjudicados por el cierre del espacio aéreo, hasta que se lo preguntaron los periodistas. Tampoco contestó si su ministerio habilitará ayudas para los afectados, habida cuenta de que las compensaciones prometidas hace unos meses a raíz del volcán islandés Eyjafjalla no se han hecho aún efectivas. "Habrá que esperar" a que finalice el puente para hacer un "balance real" de las pérdidas, dijo el titular de Turismo, que se mostró optimista con que no se produzcan cancelaciones en Navidad porque, según dijo, las medidas adoptadas por el Gobierno han permitido que España mantenga su "credibilidad" ante los operadores extranjeros.

DEMANDAS EN CADENA La reacción de los damnificados no se hizo esperar. De entrada, las agencias de viajes aseguraron que las 24 horas de huelga les han supuesto unas pérdidas de aproximadamente 350 millones de euros, según datos recogidos por la Asociación Catalana de Agencias de Viajes entre operadores de toda España. El montante es 100 millones superior a la cifra adelantada por el sector el domingo, tras una primera estimación de pérdidas.

Consecuencia de ello, la primera medida que adoptarán los afectados, explicó a este diario Marián Muro, gerente de la ACAV, será la presentación de una demanda colectiva contra los controladores, AENA y, subsidiariamente, contra el Gobierno. "No sé si 350 millones de euros es, en opinión del ministro, mucho o poco dinero. Nosotros creemos que es un importe suficientemente elevado como para que nos tengan que resarcir", sentenció Muro.

También el Gremio de Hoteles de Barcelona anunció que presentará una demanda contra los controladores por las responsabilidades derivadas de las bajas masivas, que, según informó ayer, han provocado alrededor de un 12% de cancelaciones de las reservas en los alojamientos de la ciudad, según las primeras estimaciones de la asociación.

DINERO Y CONFLICTOS Esta caída "supone mucho dinero y muchos conflictos", dijo Jordi Clos, presidente del gremio, que lamentó que Barcelona como destino turístico haya sido una de las ciudades más afectadas por el paro salvaje de los controladores aéreos.

Las compañías aéreas, directamente afectadas por la acción de los controladores, elevaron ayer la cifra de pérdidas inicialmente calculada. De los 80 millones de euros estimados en un primer momento, ayer el sector hablaba ya de casi 100 millones. La suma se va ajustando a medida que se van tramitando las peticiones de devolución presentadas por los clientes afectados.