Después de que el mes pasado quedase en nada su pretensión de llevar el silo nuclear al municipio valenciano de Zarra, Miguel Sebastián llamó tanto al presidente catalán, José Montilla, como a Artur Mas, líder de CiU y principal contrincante del primero en las elecciones catalanas del 28 de noviembre.

El titular de Industria quería llevar el almacén temporal centralizado (ATC) a Ascó (Tarragona), así que sondeó a uno y a otro en este sentido. La pregunta era: ¿Cambiarían su beligerancia contra el cementerio tras las elecciones catalanas? El ministro pretendía aparcar la decisión hasta más allá del 28 de noviembre y desentrañar por fin el enredo que ha traído consigo la búsqueda de un lugar para la instalación. Sin embargo, según fuentes parlamentarias y del Ejecutivo, las respuestas del president y del líder nacionalista hicieron imposible que la apuesta de Sebastián prosperara, volviendo a colocar a Zarra en el papel de favorita para acoger la ATC.

BATALLA Montilla, quien también intentó infructuosamente adjudicar el silo cuando estuvo al frente de Industria, le contestó al ministro que en ningún caso remitiría su rechazo al almacén antes de las autonómicas, pero que tras la cita tendría que mantener el no, pero no sería combativo. La respuesta de Mas, al que las encuestas le dan como vencedor en los comicios, fue la contraria: no presentaría batalla si Ascó saliera elegida antes del 28-N, pero más allá de esa fecha se movilizaría para que el municipio tarraconense no acogiese el cementerio atómico.

Así las cosas, pese a que Ascó cuenta con más experiencia nuclear, mejores comunicaciones y unos terrenos en los que acoger el silo (lo que haría más rápido su construcción), los residuos atómicos vuelven a dirigirse a Zarra.

Según fuentes del Gobierno, Sebastián, de hecho, quería trasladar la decisión al Consejo de Ministros que se celebra hoy, y contaba para ello con el apoyo de algún ministro relevante. Hay prisa por cerrar el asunto.

BASURA A partir del próximo enero habrá que pagar a Francia nada menos que 60.000 euros diarios de fianza por la basura nuclear, porque se ha superado el plazo establecido por contrato. Pero la decisión no ha madurado lo suficiente. Al fin y al cabo, será el jefe del Ejecutivo quien tenga que dictaminar el emplazamiento, y José Luis Rodríguez Zapatero no presidirá a este Consejo de Ministros al encontrarse en Bruselas para participar en el Consejo Europeo.

En cualquier caso, la localidad valenciana tiene ahora otro factor a su favor para acoger el silo: tras la profunda remodelación de la pasada semana, María Teresa Fernández de la Vega ya no forma parte del Gobierno. La exvicepresidenta primera, cabeza de lista por la provincia de Valencia en las pasadas generales, había sido el principal freno dentro del Ejecutivo cuando el pasado 17 de septiembre, durante un tumultuoso Consejo de Ministros, Sebastián trató sin éxito de llevar la ATC a Zarra.

Hay dentro del Gobierno, sin embargo, quienes piensan que su emplazamiento allí, con el Gobierno popular de Francisco Camps en contra, podría hacer que la oposición al almacén tuviese repercusión en toda España, algo que no ocurriría si acabase en Ascó que parece haber quedado descartada con el no de Montilla y Mas.