Las sociedades para el estudio de la obesidad (SEEDO) y de endocrinología y nutrición (SEEN), y varias asociaciones de consumidores respaldaron ayer la decisión del Ministerio de Sanidad de pedir a Burger King la retirada de la campaña publicitaria de las hamburguesas XXL por incitar a la obesidad e incumplir las estrategias de salud aceptadas por la empresa de EEUU.

Para los presidentes de la SEEDO, Basilio Moreno, y de la SEEN, Carlos Diéguez, la postura de Sanidad ha sido valiente porque una hamburguesa que aporta 971 calorías, como la que se publicita, no es algo adecuado para la alimentación de niños y jóvenes. A su juicio, "esta clase de campañas publicitarias deberían estar controladas".

Las asociaciones de consumidores CECU, OCU, CEACCU y FACUA coincidieron en el apoyo a Sanidad, al tiempo que demandaron una "regulación estricta" en esta materia. "Se ha puesto de manifiesto el fracaso de la autorregulación y que las compañías firman acuerdos para restringir la publicidad que afecta a la salud, pero luego los incumplen de manera sistemática", denunció Enrique García, de la OCU.

Pese a las críticas generalizadas, Burger King anunció que mantiene la campaña que concluye el próximo domingo y que no incumplen los acuerdos con Sanidad porque trabajan para promover una "alimentación equilibrada" y reducir los riesgos de enfermedades generadas por una dieta inadecuada.

El Gobierno de la Comunidad de Madrid apoyó a la empresa. Su vicepresidente, Ignacio González, dijo que la ministra no debería organizar los aspectos más pequeños de las vidas de los ciudadanos.