El plan que aprobará el Gobierno el 15 de diciembre para combatir la violencia hacia las mujeres potenciará los programas de rehabilitación de los agresores, explicaron ayer fuentes conocedoras del proyecto. Este tipo de terapias están ya recogidas en la ley contra los malos tratos --aprobada en diciembre del 2004-- pero apenas se han puesto en marcha. Los motivos principales son dos: la falta de recursos y la escasa voluntad de los agresores a la hora de apuntarse a los programas.

Fuentes del Ejecutivo reconocieron que las víctimas de los malos tratos --es decir, las mujeres-- seguirán siendo "la prioridad" del plan de sensibilización. Sin embargo, el texto no quiere olvidar a los agresores, especialmente a los que se pueden reinsertar en la sociedad. "Los expertos dicen que las terapias funcionan. Si solo acorralamos al individuo, este se incendia más", aseguraron ayer esas mismas fuentes.

El plan no convertirá en obligatorios los programas de rehabilitación, pero sí instará a los jueces a que así lo dictaminen cuando dicten sentencia. En principio, estarán dirigidas a los agresores que cumplen condena en la cárcel.