El Gobierno reformará la ley y el reglamento de Costas para adaptar el litoral a los temporales y la subida del nivel del mar causados por la crisis climática. Así lo avanzó ayer la vicepresidenta para la Transición Ecológica en el Congreso, Teresa Ribera, donde dio a entender que podría revertirse, como mínimo, parte de la reforma llevada a cabo por el PP en el 2013 que indultó a miles de construcciones situadas en primera línea de mar y que ahora se ven afectadas cada vez que tiene lugar un temporal.

La ley de Costas establece los límites del dominio público marítimo-terrestre a partir del cual están prohibidos determinados usos. Cada vez que se revisa afecta a una enorme cantidad de propiedades. La primera versión de la ley, aprobada por un Gobierno socialista en 1985, determinó el derribo de miles de instalaciones, como los antiguos chiringuitos de la Barceloneta.

La ministra elogió esta norma original y criticó tanto la reforma del 2013 («Fue una enorme irresponsabilidad», dijo), como «la aplicación con cierta dejadez» de la vigente. Frente a la idea de restaurar el litoral dañado cada vez que se produce un temporal, Ribera cree que hay que apostar por «una liberación del espacio que de soluciones estables, con un esponjamiento de la costa».

En este sentido, elogió la propuesta del alcalde de Onteniente, partidario de revolver al mar lo que es suyo, renunciando a un paseo marítimo que a menudo se llevan por delante las olas. Algunas playas y las cercanías han tenido que ser restaurados tres veces en solo un año. Ribera no dio ningún plazo para la reforma legal, pero la integra dentro de una estrategia de protección del litoral que estará lista «antes de que acabe el año».

EL EFECTO ‘GLORIA’ / El episodio que parece haber decidido a Ribera tocar una ley tan sensible ha sido el de la borrasca Gloria. Un temporal que calificó de «duro» pero que ha sido el séptimo de la temporada, frente a una media anual de entre 2 y 4 episodios de esta naturaleza. «Nuestra impresión es que no es un evento aislado», admitió la ministra, que avisó de que este fenómeno se producirá cada vez con más intensidad y frecuencia. De hecho, subrayó que entre el 20 y el 23 de enero Gloria dejó «récords de todo tipo».

Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente, denunció tras el devastador paso de la borrasca que «núcleos costeros indultados con la ley de Costas sufren de forma reiterada la invasión del mar».