Responsables de los departamentos de Salud y Medio Ambiente del Gobierno vasco aseguraron ayer que la exposición a furanos y dioxinas en las poblaciones cercanas al vertedero de Zaldibar (Vizcaya), incendiado tras sufrir un corrimiento de tierras el pasado 6 de febrero, no implica afección a la salud «a corto ni a largo plazo». La proporción de estas dos sustancias químicas tóxicas está 50 veces por encima de los valores habituales en la zona.

En una comparecencia en Ermua, donde se ha instalado uno de los dos nuevos laboratorios móviles del Servicio de Aire (el otro está ubicado en Eibar), los técnicos del Departamento de Medio Ambiente reconocieron que, en un primer momento, «quizás no se explicó bien la situación, dado que no se disponía entonces de datos de todos los contaminantes». Asimismo, confiaron en que la evolución del incendio y de la meteorología sea «favorable», lo que permitiría rebajar los niveles de contaminación en el aire, que «no obstante, no tiene afectación en la salud».

En declaraciones a los medios de comunicación, la responsable del Servicio de Aire del Gobierno vasco, Saioa Ferro, y el subdirector de Salud Pública de Bizkaia, Joseba Bidaurrazaga, indicaron que el hecho de que haya viento fuerte en la zona dispersa los contaminantes y los lleva más lejos, y a su vez reduce la concentración de toxinas en el aire.

El Gobierno vasco está midiendo constantemente desde el pasado viernes la calidad del aire en las poblaciones cercanas al vertedero de Zaldibar, que suman más de 46.000 vecinos, mediante dos laboratorios móviles del servicio de Aire ubicados en Ermua y Eibar, y la toma manual de muestras en las demás zonas.

Sin embargo, el consejero vasco de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, reconoció que no puede decir si se extinguirá el incendio «hoy, mañana o pasado». «Hemos sido conscientes del problema que suponía y desde un primer momento se ha querido actuar para acometer acciones que pudieran paliar la situación que teníamos», dijo.