Extremadura y Andalucía son las regiones españolas donde más funcionan las relaciones personales a la hora de encontrar empleo en la empresa privada. La Encuesta de Coyuntura Laboral de 2002 aseguraba que en el 26% de los casos registrados en estas dos comunidades autónomas, las vacantes laborales se cubrían por el popular enchufe. De la empresa pública no dice nada la encuesta, aunque nos lo imaginamos.

La explicación de que Extremadura esté a la cabeza del enchufismo quizás se deba a que en España, las empresas pequeñas son las que más recurren a las relaciones personales para cubrir las vacantes (33.4% de los casos), mientras que las de más de 250 trabajadores sólo siguen por esa vía en un 6.8% de los empleos. Si tomamos el caso de Cáceres capital, únicamente hay dos industrias con más de 250 trabajadores. Las otras 7.157 licencias son para empresas pequeñas.

La cuestión, entonces, es cómo hacerse con una buena red de relaciones personales que te permita acceder al empleo. La red más eficaz es la familia. Una buena red de familiares bien colocados es el mejor seguro contra el paro. Se trata de una mafia en pequeñito que te arropa y te catapulta. Por encima de las afinidades políticas, religiosas y económicas, la familia. Después, todo lo demás.

COLEGIOS DE ELITE Pero si estamos solos o no tenemos parientes estratégicamente situados, se impone una revisión de nuestra vida social. Algo que nos puede salvar es haber estudiado en un colegio de élite. En ese caso es muy posible que tengamos a viejos amigos bien colocados en puestos de decisión. Lo malo es que en Extremadura, de élite, lo que se dice de élite, están los jesuitas de Villafranca, el famoso Tomillar, el San Jorge de Cáceres y pare usted de contar.

Se precisan, pues, soluciones de emergencia. La más rápida es afiliarse a un partido político. Eso no garantiza nada, pero es la mejor manera de establecer complicidades y de integrarse socialmente en un grupo. Lo malo de los partidos es que enseguida te obligan a escoger entre el sector A y el sector B y como no aciertes, no sólo no encontrarás trabajo, sino que te harán la vida imposible.

Hay soluciones más sofisticadas. Los franceses, donde el enchufe se llama piston , son expertos en ellas. Allí no tienen ningún reparo en dejar claro que a la hora de ayudar, los rugbymen o exjugadores de rugby ayudan a los rugbymen , los alsacianos a sus paisanos y los gays a los gays. Según un reportaje publicado recientemente por la revista Le Point , la llamada mafia rosa está tan organizada que hay asociaciones gays oficiales en los ferrocarriles (SNCF), en Air France, en Correos, en Canal Plus. Se apoyan entre sí para conseguir los empleos y para ascender.

En Extremadura no se sabe de la existencia de ninguna mafia de colores y en cuanto a los grupos regionales de apoyo mutuo, los únicos con algo de poder social son los gallegos (es un lobby extendido por todo el mundo), que celebran cenas en Cáceres de mucho postín (periodistas, abogados, políticos) y tienen gran actividad en Badajoz capital. Luego están los de Zamora, pero esos mandan porque sí, sin necesidad de asociarse.

Querido amigo, si usted no tiene una familia abundante y poderosa, no es gallego, no es gay ni ha nacido en Zamora, la verdad es que lo tiene crudo. Podría hacerse del Opus, que siempre te puede caer algo, pero a cambio te exigen demasiados sacrificios y lo cierto es que en Extremadura el Opus Dei no tiene el mismo poderío que en otras regiones. Si usted fuera chino le asegurarían un empleo de camarera o cocinero, si fuera gitano le harían un hueco en el primer mercadillo con puestos libres, pero si es un payo normal y corriente me parece que no le queda más remedio que hacerse cazador o ponerse a jugar al golf.

Hacerse de un club social o de una cofradía no lleva a ningún lado porque hay tanta gente que es imposible establecer una red estable de relaciones, pero el golf y la caza es lo que mejor funciona tanto en Francia como en España. Las amistades acaban siendo sólidas y los apoyos firmes. Ser invitado a una montería de constructores o de toreros garantiza, cuando menos, una dirección de recursos humanos o, en su defecto, un puesto de viajante con gastos pagos . Conseguir así el trabajo acaba saliendo un poco caro, pero según la revista Le Point , la caza es la manera más rápida y sencilla de acceder a buenos empleos. La otra solución es meterse en un equipo de futbito o en una peña ciclista: se tiene acceso a empleos de segunda división, pero es lo que tienen los deportes baratos.