1. Todos saben que no hay que disparar al pianista ni besar a la periodista. Todos menos Iker Casillas . Nuestro aguerrido portero no pudo contener la emoción una vez terminado el partido contra Holanda. Las preguntas eran sencillas, pero Casillas ya no tenía nada que susurrarle al micrófono: lo había dicho todo en el campo. Venía hueco de palabras y le salió un beso, el beso del príncipe cansado a la bella durmiente. Pero no era la guapa a quien había que despertar, sino a un país tan futbolero como España, que lleva a sus espaldas el ´drama´ de tantos años de fracasos en los mundiales de fútbol. 2. Paco González no se cansaba de decir después del partido lo mucho que une el fútbol, y ponía como ejemplo las imágenes de las efusivas concentraciones de aficionados repartidos por todo el país. Yo pensé que no es nada difícil estar unidos para celebrar una victoria; lo difícil es estar unido en la adversidad. Los términos ´España´ y ´unión´ me resultan antagónicos, y la Historia me da la razón. 3. El éxito de la selección española lleva el nombre propio de Vicente del Bosque . Lejos queda la infamia de su injustificado despido como entrenador del Real Madrid el mismo día en que ganó la Liga. La arrogancia de Florentino Pérez ha sido derrotada por la humildad de este hombre tranquilo a quien nunca le tiembla el bigote. 4. Que España gane un Mundial de fútbol debería enseñarnos que no hay nada imposible, pero mucho me temo que esta victoria no nos va reportar grandes lecciones de superación sino un cómodo y absurdo culto a la personalidad. En la religión del fútbol se rinde culto al ruido. Goodbay, Suráfrica.