Ciudad Real, Cuenca, Toledo, Valladolid... Dicen que también desde Málaga. Una "impresionante bola de fuego" --en definición de muchos de sus afortunados espectadores-- sobrevoló ayer el cielo de España y dejó --supusieron después los científicos-- un rastro de meteoritos.

"La luminosidad fue tal que incluso fue registrada por pilotos de la base de Torrejón de Ardoz en pleno vuelo, a 40.000 pies de altura", explicó Josep Maria Trigo, investigador adscrito a la Red de Bólidos y Meteoritos. El teléfono de emergencias 112, por supuesto, se colapsó. Causó alarma. No es extraño, pues la importancia del fenómeno fue notable. He aquí un ejemplo: en algunas poblaciones de Ciudad Real, la "súbita aparición" (según más testigos) fue acompañada del enorme estruendo que provocó el bólido al romper la barrera del sonido.

El suceso desencadenó una enorme excitación en la comunidad científica. Este tipo de objetos suelen volatilizarse completamente antes de llegar al suelo, pero el avistado ayer puede que haya dejado un rastro de meteoritos.