«No es una burbuja de series, sino de plataformas», afirma Ramón Campos, fundador (junto a su mujer, Teresa Fernández-Valdés) de la productora Bambú (Fariña, Velvet, Las chicas del cable, Gran Hotel, Bajo sospecha), quien también ve un futuro de fusiones. «Pero eso no significará que dejen de producir series, porque se necesitan para seguir teniendo abonados -apunta-. Como han segmentado tanto las series (para chicas, mujeres de mediana edad, gente mayor, niños, chicos…), no pueden dejar de producir para esos públicos».

Campos afirma que el despegue internacional de la ficción española llegó con Netflix. «Lo cambio todo -asegura-. Antes de Netflix, en el 2008 y 2009, Tele 5 y TVE decidieron frenar. La primera por el coste, y la segunda porque perdió la publicidad y, con ella, muchísimo presupuesto. Recuerdo que tuvimos la tercera temporada de Gran Reserva en un cajón año y medio. Y llega Netflix y nos compra Las chicas del cable, la primera serie española de la plataforma. Eso reactivó todo el sector. Movistar+ se pone a producir La zona, La peste… Y, claro, Tele 5 y TVE también se ponen las pilas», concluye.

«En aquellos años la única que mantenía la apuesta por la ficción era Antena 3 y allí nos hicimos fuertes con series como Gran Hotel -recuerda Campos-. Y cuando esta producción saltó al catálogo de Netflix, empieza a funcionar, y cuando incorporan Velvet, se confirma que las series españolas funcionan. A partir de ahí, Netflix se decidió a producir aquí. Y la confirmación de todo lo anterior llegó con La casa de papel, que fue como el cohete».

El productor reconoce que ahora quien lo tiene más difícil es la tele tradicional . «Van a tener que buscar otro espacio, porque las series con publicidad y obligación horaria… Si ya nuestra generación lo ve difícil, las nuevas… La tele tradicional tiene sentido para el gran evento, como la política, las noticias, el fútbol, grandes acontecimientos que nos reúnen a todos delante de la pantalla, y los realities… Por eso el modelo Tele 5 funciona bien. La clave es cómo vivir de la telerrealidad. Es el caso de A-3 que, conscientes de este peligro, han creado Atresmedia Estudios, para producir series para otros. Es una salida», valora este productor con experiencia en el sector.