A las 9.40 horas de la mañana del 16 de junio del 2009, un ejército de 750 mossos d'esquadra, a las órdenes de un juzgado de instrucción y de la fiscalía, irrumpieron simultáneamente en 72 talleres textiles clandestinos regentados por ciudadanos chinos en Mataró (Barcelona). El balance de la redada: 77 detenidos ese mismo día y una causa con más de 100 imputados. Tras cuatro años de investigación, el macroproceso contra la presunta red de explotación laboral se ha desinflado. La fiscalía considera que no se pueden acreditar la mayoría de los delitos inicialmente atribuidos a la trama y el juez que dirige las pesquisas ha archivado el proceso para 92 ciudadanos chinos. Solo queda una decena de encausados. En definitiva, ni los Mossos, ni el juez instructor, ni el fiscal encontraron en aquel operativo tanto como esperaban.

La denominada operación Wei , el dispositivo policial de mayor envergadura en la historia de los Mossos, se desplegó en las calles de Mataró con el objetivo de desmantelar el submundo de explotación laboral tejido presuntamente por la mafia china tras las puertas de decenas de pisos, locales y naves industriales en los barrios de varias localidades barcelonesas.

Los investigadores tenían indicios de que los encargados de talleres de confección formaban parte presuntamente de una misma organización que actuaba en Cataluña como filial de una mafia internacional china que, además de la producción textil, se dedicaba a sacar del país los ingentes beneficios obtenidos. Y no solo eso, sino que se sospechaba que la red traía ilegalmente desde China mano de obra para explotarla en condiciones infrahumanas. Sin embargo, la criminalidad de la trama ya empezó a ponerse en duda en los días posteriores a la operación, pues la jueza encargada entonces del caso dejó en libertad a los 77 detenidos.

Al final, el juez que lleva actualmente la causa, el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Mataró, José Ignacio Vicente Pelegrini, y el fiscal Francisco Javier Pérez Ruiz --que tampoco es el mismo que la emprendió-- consideran ahora que las pruebas acumuladas contra la mayoría de los imputados son débiles.