Pasaban 8 minutos de las cinco y media de la tarde, cuando saltó al ruedo Recoveco, número 79, que llevaba el hierro de Zalduendo. Toro terciado pero bonito, reunido. Era el toro de la alternativa de Miguel Ángel Silva, que lucía un hermoso terno nazareno y oro, porque se va perdiendo la costumbre del blanco y oro. Metía bien la cara en el capote del neófito, aunque con tendencia a soltarla al final porque no andaba sobrado de fuerzas. Vuelta de campana, un puyazo en buen sitio y quite por saltilleras.

Parado el toro en banderillas. A las cinco y cuarenta y seis minutos Morante entregó a Miguel Ángel estoque y muleta, para brindar a su padre, muy emocionado el progenitor. Inicio de faena por estuarios y dos pases por abajo. En el tercio, muleta adelantada y primera serie con la diestra. Protestaba el animal. Segunda, difícil de templar el zalduendo. Sonaba con solemnidad el pasodoble Manolete. Al natural, serie corta pero lograda y otra más, puesto en el sitio, queriendo llevar largo al astado, noble pero justo de celo. Vuelta a la mano diestra, al final en corto. Oreja.

Apretado y un punto regordío el primero de Morante, de El Vellosino. Toro al que faltó ritmo, le costaba desplazarse en el capote del sevillano, lo que no fue obstáculo para que, tras esos lances tan personales soltando las manos por arriba para enseñarlo a embestir, le cuajara tres verónicas a compás.

VOLANDO/ Bellísimo el quite por chicuelinas volando el capote en el remate. Toreando en el remate, no recortando, y sublime la media verónica por el pitón derecho. Andaba no sobrado de celo el de El Vellosino, pero estaba claro que le había gustado a Morante. Inicio por ayudados de suprema expresión, que alternaba el de La Puebla con pases por abajo, en los que perdió el burel las manos. Andaba justito. Primera serie con la diestra, desigual porque en uno de esos pases rodó por el suelo. Despacio siguió Morante, con mucha suavidad.

A los acordes de ese gran pasodoble que es Ópera flamenca, mucha expresión del torero, mucha torería y muy poquita transmisión del animal. Faena de detalles. Oreja y el cumpleaños feliz de la banda cuando daba la vuelta al ruedo, porque Morante cumple 37 este 2 de octubre.

Era un inválido el de Cuvillo que saltó al ruedo en cuarto lugar y se devolvió al corral. El sobrero, de Zalduendo, rompía la corrida por arriba. Manso de libro ya de salida, no pasaba en el capote de Morante. Y escándalo en varas, con el toro de un caballo a otro, y los dos piqueros de Morante dando estopa. Medios pases y pronto a por la espada de verdad. Al público no le gustó aquello pero aquello era un pozo sin agua. Desconfiado el sevillano con la espada. División.

Más toro aunque sin exageraciones el primero de Ginés Marín, con el que lució en las verónicas de recibo. Muy buen concepto el de este torero con el capote, lo que volvió a acreditar en el quite por chicuelinas, también voladas, también llevando al toro toreado en el remate. Tenía clase el de Victoriano del Río, metía bien la cara.

PASOdOBLE/ Cartucho de pescado de Ginés para inicial la faena desde los medios. ¡Qué expresivo es este comienzo de faena! Siguió en redondo al natural, buena serie, para continuar con la derecha, con suavidad en los toques. En esas estaba el de Olivenza cuando llegó el lío. Sonaba ese hermoso pasodoble que es Dávila Miura. El lío, con el toreo circular de este joven, pero cuando el toro estaba entero y había que llevarlo toreado. Series limpias, sin violencias, templadas, llevando al animal y pasándoselo cerca. Un buen toro y un torero inspirado, que gozaba con lo que hacía. Naturalidad y figura grácil de Ginés, al final por bernadinas. Estocada perdiendo la muleta y dos orejas clamorosas.

De Fuente Ymbro, el segundo de Ginés Marín. Toro serio por delante, astifino, reservón en el capote, se metía por el pitón izquierdo y volteó al toreo sin consecuencias al llevarlo al caballo. Buen puyazo de su padre Guillermo Marín, que va en su cuadrilla. Gran tranco del animal en banderillas y muy solvente Fini con los palos.

Comienzo de faena de Ginés sin obligar al de Fuente Ymbro, para seguir con la diestra en redondo. Le costaba al astado ir hacia delante pero tiraba muy bien de él el oliventino. Dos series muy ligadas, la segunda con el cambio por la espalda, para seguir al natural. Buen toro aunque pronto le costó repetir. Faena muy bien planteada y bien resuelta, de un torero que siente que el toreo es un arte y se hace con gusto y naturalidad. Otras dos orejas.

Espectacular el jabonero sucio que cerró la corrida, de Cayetano Muñoz. Reunido, bien presentado. Inspirado Miguel Ángel Silva a la verónica, ganado terreno, para rematar con una ajustada media de rodillas. Buen puyazo y quite por chicuelinas, también de buena ejecución. Galope enclasado del toro en banderillas, buena señal.

Estaba brindando al público cuando se le arrancó de bravo el animal. Lo tomó al natural para seguir con la diestra. Es la mano con la que Silva se siente mejor. Transmitía y mucho el toro del ganadero zafrense. Series emotivas por lo que ponían toro y torero. Aquel que lo quería todo por abajo y el diestro que lo vio y así le respondió. Faena de gran intensidad, la de un torero nuevo, pero también poderoso, que dejó los nervios en casa y supo estar a la altura de un gran toro. Pinchazo hondo y estocada. Oreja.

Tarde de las que dejan muy buen sabor, pues en ella tomó la alternativa y brilló un torero muy cuajado y que debe ser alguien como matador de toros, y otro, también extremeño, de dulce figura, con un gran concepto del toreo. H