La neumonía asiática, también denominada síndrome respiratorio agudo severo (SARS), traspasó ayer la barrera de los 100 muertos en todo el mundo y, lo que es peor, con el virus fuera de control a pesar de la carrera científica sin precedentes para descubrir al agente causal y encontrar una cura. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de casos (2.671 infectados y 103 fallecidos ayer por la tarde) puede incrementarse en los próximos días, lo que generará asimismo un aumento de las muertes.

Los diferentes organismos que están siguiendo la enfermedad aseguran que aún no pueden predecir cuál será su evolución. "La epidemia está perdiendo fuerza, pero todavía no se puede decir que esté controlada. El peligro continúa", aseguró Robert Breiman, jefe de un equipo de la OMS que se ha desplazado a la provincia china de Guangdong, donde se presupone que se inició la infección. Allí se han registrado 40 muertes y más de 1.000 afectados.

Estos expertos se están centrando en la identificación y control de las personas "supercontagiosas", es decir aquellos infectados que tienen mayor facilidad para propagar la enfermedad. Según Breiman, "la localización de este colectivo podría permitir el desarrollo de programas de salud que mejoren el control en la propagación de la infección".

MORTALIDAD

Los investigadores siguen sin tener claro el agente causante del SARS. En principio, se atribuye a un nuevo coronavirus toda la responsabilidad de la infección. Un estudio realizado en Hong Kong, donde se han registrado 928 infectados y han muerto 25 personas, revela que el 90% de los pacientes portan un coronavirus, virus común al animal y al hombre. El informe cifra en un 4% el índice de mortalidad y muestra que el virus es más mortífero en personas de edad avanzada, con problemas de hígado o con otras enfermedades.

Sin embargo, especialistas chinos aseguraron ayer haber encontrado en muchos de los afectados una variante de la bacteria Chlamyidia, causante de enfermedades sexuales, pero que se transmite por el aire. Los expertos de la OMS han solicitado a las autoridades chinas que reexaminen los casos en los que aseguran haber identificado nuevos patógenos, "para verificar si hay uno o más agentes causantes del mal".

Los científicos han constatado, por otra parte, la naturaleza selectiva del SARS al identificar a un varón de 46 años afectado por la enfermedad que la transmitió a otras cuatro personas, pero a ninguno de sus cuatro hijos. Los últimos datos también han demostrado que una persona contagiada puede transmitir la enfermedad a varios sujetos antes de que sea consciente de que está enferma, y esto complica aún más la situación.

Las autoridades de Hong Kong informaron ayer a la OMS de la posibilidad de que la enfermedad se haya transmitido a los vecinos de un edificio residencial a través del alcantarillado defectuoso.