La organización ecologista Greenpeace alertó hoy en Viena de los elevados índices de arsénico y mercurio encontrados en las pruebas de laboratorio del "barro rojo" derramado en el este de Hungría. Los análisis realizados por la Oficina Federal de Medio Ambiente de Viena y del instituto "Bálint Analitika KFT" de Budapest detectaron un nivel de contaminación mucho mayor de lo esperado, señaló la organización. Por eso, Greenpeace denunció un "déficit político de información" por parte del Gobierno magiar. "Hemos encontrado cantidades inesperadamente altas de sustancias nocivas", manifestó Melanie Beran, portavoz de la organización ecologista, en una rueda de prensa en el Parlamento austríaco. Las pruebas de lodo revelaron una concentración, por cada kilogramo de masa seca, de 100 miligramos de arsénico (As), 660 miligramos de cromo (Cr) y 1,3 miligramos de mercurio (Hg), precisó la representante de Greenpeace. Estos niveles son el doble de lo esperado por la organización ecologista, lo que según la portavoz hubiese requerido de parte de las autoridades húngaras más precaución ante los posibles daños y peligros para la población afectada. El lodo vertido tras la rotura el lunes de una balsa en una fábrica de aluminio ha dejado a su paso cuatro muertos, tres desaparecidos y más de un centenar de heridos, sobre todo con quemaduras provocadas por la agresividad de la sustancia.