Los delincuentes, pirados o irresponsables que ponen cada año en jaque los bosques y montes españoles responden al menos a ocho perfiles. Greenpeace ha dibujado su retrato robot en miles de carteles que difundirá por toda España.

Calcula que representan al 60% de los incendiarios identificados, a ellos se deben tres de cada cuatro incendios con causa conocida y queman al año el 70% de la superficie calcinada.

A la cabeza de estos rostros del fuego figuran el agricultor irresponsable, que quema rastrojos en lugares de riesgo y momentos inapropiados, y el ganadero inconsciente, que persigue regenerar pastos. Ambos, según la oenegé, son responsables de más de la mitad de la superficie quemada.

MALOS CAZADORES Greenpeace sitúa en tercer lugar al mal cazador, que origina fuegos para favorecer especies como el la perdiz, el conejo, y la codorniz, que necesitan espacios abiertos. También le sirven para facilitar el tránsito de las presas y protestar contra los cotos de caza y limitaciones a su actividad.

La siguiente de las caras, ordenadas por porcentajes de fuegos y superficie quemada, responde al imprudente, personaje que a estas alturas aún hace hogueras, barbacoas y tira colillas encendidas, muchas desde el coche en arcenes resecos.

El pirómano es una persona trastornada que disfruta prendiendo fuego, aunque no busque hacer daño a propósito. Su situación en quinto lugar del ranking obedece a que, en contra de lo que se cree, apenas causan un 7% de incendios.

El asocial conflictivo origina el 3% de los fuegos. Se trata de una persona altamente conflictiva, con problemas de integración social y, a veces, de drogodependencia.

La galería de arquetipos se completa con el interesado y el señor importante. Responden al primero ciudadanos aparentemente honestos que persiguen aprovecharse de los efectos de los incendios forestales por motivos como una venganza, un puesto fijo de trabajo o una recalificación de terrenos.

El segundo perfil obedece al funcionario o político que toma decisiones equivocadas o que pasa de las estrategias de conservación de bosques.

Grenpeace también denunció ayer que la quema de bosques suele quedar impune: desde el 2000 solo se ha detenido al 1% de los responsables y apenas el 20% de los arrestados acaban sentados ante el juez.

El resto no llegan a los tribunales por falta de pruebas.

La oenegé, que ha basado su trabajo en 94 sentencias judiciales y en las estadísticas de Medio Ambiente, subraya como muestra de ineficacia de las medidas policiales y penales que en la última década han quedado sin esclarecer las causas del 47% de los incendios declarados (unos 20.000 cada año), y que se desconoce cuántos incendiarios de bosques están en centros penitenciarios.