Casi la mitad de los 8.000 kilómetros de costa española ya están enladrillados. Greenpeace hizo ayer este diagnóstico y alertó de que los tres millones de viviendas proyectadas el año pasado amenazan con enterrar el litoral bajo un muro de hormigón y basura. Estas edificaciones, el triple de la demanda real, serán construidas en su totalidad en cuanto mejore el ciclo económico, ya que el sector tiene el terreno convenientemente calificado para llevar a cabo esta hipertrofia urbanística.

En su balance anual Destrucción a toda costa 2008 sobre el proceso de degradación de la franja litoral, los ecologistas han catalogado hasta 100 puntos negros, consecuencia de un crecimiento económico basado en el ladrillo y el descontrol de los vertidos industriales y urbanos que están dañando la calidad de las aguas y de los espacios costeros.

El Delta del Ebro figura en el cuadro de honor de los 10 primeros, detrás del hotel almeriense Algarrobico, en pleno parque natural Cabo de Gata, el puerto de Tarifa y el polo químico de Huelva. Les siguen como ejemplo de degradación costera Marina D´Or (en Orpesa, Castellón); el manhattan de Cullera (Valencia); el puerto de Pasajes (Guipúzcoa); la Ría de Vigo, el puerto de Granadilla (Tenerife) y la zona de Marina Cope de Aguilas (Murcia).

EL PODIO La medalla de oro a la peor gestión ambiental y urbanística se la llevan ex aequo Andalucía, la Comunidad Valenciana, Murcia, Canarias y Ceuta y Melilla. Estas últimas, "por el poco cariño" con el que tratan a su litoral y la casi nula depuración de sus vertidos.