Alas puertas del inicio, el lunes, de un curso en el que la gripe A es una indeseada novedad, los países occidentales que ya volvieron al cole envían un mensaje claro: escuelas abiertas y normalidad. Solo en Francia ha habido problemas por la política de cerrar un aula con tres contagios. El resultado es alumnos en casa y una polémica abierta. Por eso sorprende que la Organización Mundial de la Salud dijera ayer que cerrar las escuelas es una medida efectiva para frenar el contagio y evitar el colapso hospitalario. Puede ser cierto, pero el daño social de muchas escuelas cerradas podría ser mayor.