Un informe interno de la Guardia Civil fechado a finales del pasado diciembre alertaba ya de que entre 1.200 y 1.700 inmigrantes habían perdido la vida al intentar llegar a Canarias desde Mauritania y proponía medidas de cooperación como las que ahora se han implantado, tres meses después, cuando el drama ha saltado a todos los medios de comunicación.

La nota informativa llevaba un título ya de por si expresivo, Asunto: Inmigración. Fallecimiento masivo de inmigrantes, y fue remitida el pasado 26 de diciembre por el subdirector general de Operaciones, José Manuel García Varela, al coronel jefe de la zona de Canarias, Antonio Cañamero. Su autor afirma en ella que "durante los últimos 45 días, entre 2.000 y 2.500 inmigrantes se habrían embarcado en piraguas con el fin de llegar a las islas, de los cuales sólo 800 o 900 lo habrían conseguido, lo que supondría que entre 1.200 y 1.700 se habrían ahogado en aguas del océano Atlántico".

El texto recoge que los responsables mauritanos necesitan vehículos con los que poder transportar a los inmigrantes hasta "puntos de retención" establecidos. Estos deberían contar con "locales, tiendas, alimentos y asistencia sanitaria".

También destaca "los beneficios que podrían derivarse de la creación de patrullas mixtas hispano-mauritanas ya que, además de las interceptaciones que se llevarían a cabo, tendrían un efecto disuasorio sobre los candidatos a embarcarse". El informe añade que, a cambio, Mauritania "estaría dispuesta a repatriar a los inmigrantes".

En una reunión interministerial convocada el pasado miércoles por la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, España acordó enviar a Mauritania patrulleras, vehículos y ayuda para levantar centros de acogida, así como reactivar el convenio de repatriación.

En virtud de los acuerdos, Defensa envió dos Hércules C-130, que llegarán hoy, cargados con material y un C-295 con un equipo de 30 ingenieros para instalar un campamento en la costa para acoger a inmigrantes.

A BRUSELAS La presidencia austriaca de la UE aceptó ayer la petición española de incluir la avalancha de inmigrantes africanos hacia Canarias en la agenda de la cumbre europea que se iniciará el 23 de marzo en Bruselas. La cuestión será discutida durante una cena de los ministros de Asuntos Exteriores. El secretario de Estado de Asuntos Europeos, Alberto Navarro, les explicó la "delicada situación" creada por la avalancha de más de 3.000 inmigrantes llegados a las islas, informa Eliseo Olveras.