La Guardia Civil ha interceptado a tres inmigrantes que pretendían cruzar a Melilla desde Marruecos ocultos en habitáculos "infrahumanos" ocultos en dobles fondos en dos vehículos el mismo día y la misma hora por dos puestos fronterizos distintos.

Según informa hoy el instituto armado en una nota, las dos localizaciones se produjeron el pasado miércoles sobre las 19:30 horas en Farhana y Beni Enzar, los dos principales pasos de entrada a la ciudad.

En Farhana, el guardia civil que inspeccionaba el vehículo apreció un detalle de interés policial, "no acorde con el modelo del vehículo inspeccionado", que le hizo recelar.

Por ello, solicitó al conductor y único ocupante que abriese el capó, quien aseguró que no funcionaba, por lo que el agente continuó con el control y tocó lo que parecía la pierna de una persona.

Para poder llegar a la zona donde se hallaba oculto el inmigrante, se tuvo que utilizar una palanca para arrancar el salpicadero, localizando allí a una persona contorsionada en posición decúbito lateral, que fue auxiliada a salir y que presentaba síntomas de "respiración agitada, dolor, desorientación y mareos".

El conductor, J.F.M.M., de 58 años, natural de Valencia y con residencia en Melilla, fue detenido y aparentaba "absoluta calma" durante todo el proceso de fiscalización del vehículo, incluso cuando se localizó al inmigrante y fue auxiliado a salir.

En el otro caso, el de Beni Enzar, el detector de latidos, que se usa en los controles de acceso, dio señales de la presencia de alguna persona en el interior del vehículo, por lo que se inició un reconocimiento.

Como resultado, se hallaron a otros dos inmigrantes, uno en la zona del maletero, donde debía ir el depósito de combustible y otro en la guantera, ambos con síntomas de asfixia y entumecimiento, así como sin calzado, aunque en el coche había dos juegos de zapatillas.

El conductor, que fue detenido, es un joven de nacionalidad marroquí, de 27 años, R.B., con residencia en Melilla.

Los tres inmigrantes localizados son todos varones, de entre 20 y 30 años de edad, indocumentados y que dicen proceder dos de ellos de Níger y otro de Mali.

La Guardia Civil destaca el papel de los agentes, quienes encuentran los indicios que posibilitan localizar estos dobles fondos "cada vez más sofisticados" para que no se aprecie nada desde el exterior.