A veces, las armas informáticas las carga el diablo. Algo así debe de estar pensando la ya exsubdirectora de Informativos de TVE Cecilia Gómez, después de comprobar la que se ha armado por una simple pifia en el envío de un inocente correo electrónico. El error, aparte de provocar su dimisión forzada, ha puesto al descubierto que la connivencia entre la actual cúpula de Informativos de la tele estatal y el todopoderoso PP es algo más que una mera sospecha: Gómez remitió, por equivocación, al Consejo de Informativos un detallado informe sobre las querencias políticas de sus miembros, y de varios profesionales de TVE.

Todos los indicios apuntan a que ese escrito, enviado el pasado fin de semana, iba dirigido a Rosario López Miralles, la consejera de RTVE nombrada por el PP de la que Gómez fue asesora hasta su reciente nombramiento como responsable de la gestión de recursos humanos de los Servicios Informativos. El epígrafe que acompañaba al correo rezaba los siguiente: «Consejo de Informativos de TVE para Charo». La vocal debía de estar muy interesada en conocer de qué pie ideológico cojeaban algunos periodistas que se presentaron a las últimas elecciones del Consejo de Informativos, órgano representativo que defiende la independencia de los profesionales. También debió de percibir la cercanía y complicidad de Gómez a la hora de obsequiar a sus vigilados con epítetos desenfadados, coloquiales y a veces despectivos, sobre todo los dirigidos a los miembros del anterior equipo de Fran Llorente.

La subdirectora tenía que enviar al Consejo de Informativos una comunicación rutinaria sobre un nuevo nombramiento en el equipo de Euskadi. Pero el azar o la simple torpeza quisieron que la subdirectora se equivocara al pulsar la tecla e incluyera como documento adjunto el vitriólico informe dirigido a las alturas. Algo así como si el jefe de la inteligencia de un país enviara por error los resultados de sus pesquisas a los propios espiados o investigados.

Los miembros del Consejo de Informativos se quedaron de piedra cuando leyeron el contenido del correo, que recordaba los tiempos más duros de la caza de brujas del senador McCarthy: a un compañero lo califica de «redactor frustrado» y al conjunto del Consejo de Informativos, de «Comando Rubalcaba». El pasado lunes, trasladaron su indignación al director de Informativos, Julio Somoano, y le pidieron que destituyera a la directiva por «hacer consideraciones difamatorias y de carácter político», demostrar «una actitud carente de toda ética» y «atentar contra el buen nombre de muchos profesionales», según reza la nota del Consejo hecha pública ayer tras reunirse con Somoano. El comunicado agradece al jefe de informativos «su rápida reacción y decisión en este caso», que culminó el mismo lunes con la dimisión voluntaria de Gómez antes de que su jefe la defenestrara fulminantemente.

Ayer, un portavoz de TVE comunicó que la subdirectora había presentado «su dimisión irrevocable» a través de una carta en la que dice que «se le atribuye un correo interno que no reconoce», por lo que «considera que debe presentar su dimisión para no causar más problemas a TVE». «Somoano no era destinatario del escrito», dijo.

Se da la circunstancia de que Gómez era la asesora de López Miralles cuando esta propuso al consejo de administración aquel plan frustrado de controlar la escaleta de los Telediarios a través del sistema informático de sus redactores. Otra de las claves que pueden explicar la fobia de la subdirectora hacia todo lo que huela a Fran Llorente es la demanda que presentó hace tres años contra él por vulneración de su derecho fundamental a la integridad física y moral. Llorente trasladó a la entonces redactora de Economía de los TD al Canal 24 Horas, y Gómez alegó depresión y acoso moral en el trabajo para llevar el caso a los tribunales. El juzgado de lo social le dio la razón y condenó a TVE a readmitirla como redactora de los Telediarios y a indemnizarla con 30.000 euros. Pero el 28 de febrero del 2011, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid revocó la sentencia recurrida por Llorente y la tele estatal.