Están hartos de ver a menores anunciando coches, detergentes, empresas de seguros o planes de pensiones. Las asociaciones de consumidores se han sentado a ver la televisión y se han dado cuenta de que los niños aparecen en un tercio de los espots. Si sólo promocionaran papillas, juguetes u otros productos infantiles no habría problema. Sin embargo, los usuarios denuncian que en la mitad de esos espacios, la presencia de los chavales no está justificada, pero se utilizan para crear una corriente de simpatía y enganchar a los adultos.

La Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) --que ha elaborado el informe Los menores ante la publicidad -- lleva más de un año intentando que el Parlamento español modifique la ley del menor y la de la publicidad para que los niños sólo protagonicen anuncios dirigidos a la infancia. De momento, sólo han recibido buenas palabras por parte de los partidos políticos. Nada más. Ahora, su intención es seguir insistiendo a los diputados y, además, llevar sus reivindicaciones a Bruselas para que sea una directiva europea la que prohíba utilizar niños en publicidad de adultos.

Los consumidores no son los únicos que exigen cambios legislativos. Los psicólogos también lo hacen y piden a los creadores publicitarios que elaboren otras fórmulas para atraer a los consumidores sin necesidad de utilizar mercantilmente a los niños.

"Las imágenes con menores tienen mucha fuerza y lanzan mensajes subliminales", asegura la exdecana del Coegi de Psicólegs de Catalunya, Montserrat Ferraro. Y pone un ejemplo: "Si anuncian un coche transmiten confianza".

Alejandro Perales, presidente de la AUC, afirma que, en algunos casos, los anuncios muestran a los niños como consumidores o usuarios de productos no adecuados a su edad, como por ejemplo vehículos o teléfonos móviles. Además de ser una práctica "poco ética", los expertos aseguran que la presencia de menores en la publicidad genera otro problema. "El bombardeo de anuncios es constante. ¿Alguien se ha parado a pensar qué pasa por la cabeza de un niño que, de repente, se convierte en alguien muy conocido?", pregunta la exdecana de los psicólogos.