Si lleva unas semanas sintiéndose un bicho raro por no caminar por la calle cabizbajo, observando el móvil a la caza y captura de un Pokémon, sepa que desde los confines del universo conocido le van a tender una mano para acabar de superar la tentación. Será de madrugada, como cada agosto, con el puntual regreso de las Perseidas, la lluvia de estrellas más famosa del año. Una tradición ineludible para quienes prefieren cazar estelas en el cielo a capturar criaturas virtuales.

Quieren las circunstancias que, además, este sea un año señalado en el calendario astronómico, con unos componentes que favorecen la visualización de estos brillantes meteoros. Sucede cada 12 años, merced a la influencia gravitacional de Júpiter, que altera la trayectoria del cometa Swift-Tuttle y permite que la órbita de la Tierra la aproxime "al centro de la traza de partículas" que se desprende del cuerpo celeste, según explica el director del Observatorio Fabra, Jordi Núñez. Las partículas se tornan incandescentes al entrar en contacto con la atmósfera terrestre y generan un espectáculo de tal belleza que empuja a trasnochar a miles de personas.

BUENAS PREVISIONES

La coincidencia cósmica permitirá que este agosto "se triplique la frecuencia de unos 100 meteoros por hora" que se acostumbran a contemplar los años convencionales, destaca Núñez. El fenómeno alcanzará su apogeo la madrugada del jueves al viernes, momento en el que, además, las previsiones meteorológicas son muy halagüeñas. Y el mejor momento será a partir de la medianoche, "cuando la luna, que está en fase creciente, se pondrá en el horizonte y su impacto luminoso será mucho menos invasivo", destaca Salvador Ribas, director científico del Parque Astronómico del Montsec.

"Hay que alejarse de los núcleos urbanos, por pequeño que sea el pueblo, y buscar espacios en los que no haya obstáculos entre los ojos y el horizonte", aconseja Ribas. Una recomendación válida para todo el oeste de Europa y África y, con menor intensidad, el este de Norteamérica, enclaves privilegiados de un fenómeno "eminentemente del hemisferio Norte", según destaca Ribas.

Una vez elegido el escenario idóneo, toca ponerse cómodo y enfocar la vista en sentido este-nordeste, justo donde está ubicada la constelación de Perseo, desde donde el efecto óptico hace creer que surgen las estrellas fugaces. También se puede recurrir al móvil, y no solo para inmortalizar las 'Lágrimas de San Lorenzo', sino para recurrir a aplicaciones como 'The Night Sky' o 'Starmap Lite', con las que los profanos puedan ubicarse en la inmensidad del cosmos.