"Soy terrible haciendo paella", reconoce con humildad el príncipe Guillermo de Inglaterra, que desde sus tiempos de estudiante en Eton trata de dominar los secretos del plato valenciano. La confesión está recogida en una entrevista que el hijo del príncipe Carlos, quien dentro de tres semanas cumplirá 21 años, ha concedido a la agencia Press Association.

A Guillermo --en la foto de la derecha, mientras se pone los calcetines tras correr por una playa cercana a la universidad escocesa de Saint Andrews (foto izquierda)--, que estudia segundo curso de Historia del Arte en ese centro, le tiran más los deportes que los libros y admite que el año pasado casi deja las clases.

Sus dudas estudiantiles las discutió durante unas vacaciones con su padre: "Lo hablamos mucho y al final ambos nos dimos cuenta y yo desde luego me di cuenta, de que tenía que volver". Ahora, asegura que "adora" Saint Andrews. "Aquí la gente me trata como a cualquier otro", dice el príncipe, aunque puede que cambie de facultad.

Viajar y conocer nuevas gentes son algunas de sus pasiones. Guillermo, enamorado de Africa, adonde viajó el año sabático que se tomó antes de ir a la universidad, está estudiando suahili. "Es una lengua extraña de aprender, pero deseaba hacer algo muy especial. Quiero a la gente de Africa, y quiero saber más de ellos y poder hablar con ellos", afirma el príncipe.

AMANTE DE LOS DEPORTES

Capitán del equipo de waterpolo de la universidad, miembro de los equipos de rugby y fútbol, Guillermo también nada, juega al golf y disfruta del cine, los bares y los restaurantes, aunque aclara que no bebe cerveza, sino sidra. Convive con tres compañeros para los que cocina a menudo y va al supermercado. Sobre su futuro, dice no tener planes y de las chicas no habla.