Hay personas, pocas, pero alguna hay, que recopilan cartones, plásticos, latas, tablas de madera viejas, cañas, pajitas de beber refrescos... No tienen el síndrome de Diógenes, simplemente reciclan estos materiales para darles una utilidad. Es el caso de Javier Aparicio, prácticamente el único luthier español en la actualidad que toca sus propios instrumentos, dice. Con estos utensilios desechables y muchos otros fabrica instrumentos musicales que él mismo toca en sus clases de música, ya que es profesor de esta materia, uno de los de más reconocido prestigio del país, además de pedagogo y creador de instrumentos. Acaba de dar una de sus lecciones magistrales en Mérida, invitado por la Asociación de Profesores de Educación Musical en Extremadura (Apemex) que celebró el pasado día 14 un encuentro que culmina hoy.

Su afición le viene de lejos y su experiencia le avala para asegurar que los instrumentos "nacen, crecen, se reproducen y mueren". En estos tiempos de crisis, aún es más ventajoso hacerse su propia guitarra con una caja de lata de pastas y una tabla (como muestra la fotografía), o una flauta con un tubo pequeño y unas flechas de plástico. No se trata de hacer un clarinete de última generación, sino de "basarte no tanto en la forma, sino en la filosofía del instrumento" .

Tiene casi un centenar de videos colgados en el portal You Tube --uno de ellos una canción que le ha dedicado a Obama--, varios libros publicados y numerosos artículos en prensa. Pero donde realmente se encuentra a gusto es mostrando a sus alumnos la idiosincrasia de la música, porque "con cualquier cosa se puede hacer un instrumento que tenga sonido". Cosas que él mismo compra en tiendas de todo a cien , en ferreterías o simplemente con material que haya en su casa. Sus amigos deben quedarse estupefacto cada vez que le ven, por ejemplo, haciendo una dulzaina con un cucurucho de cartón y una caña; o un oboe con pajitas de los refrescos. Y lo mejor de todo es que todos los instrumentos que construye suenan bastante bien. Además, él mismo compone sus melodías.

Todo eso lo han comprobado otros maestros y profesores de música reunidos en Mérida el pasado sábado, donde además de explicar su metodología de trabajo en clase, ofreció un concierto didáctico con buena parte de los instrumentos que ha fabricado. A cualquier sitio que va, comenta con ironía, "llevo el pijama en una mochila a la espalda porque llevo un maletón lleno de instrumentos".

Su labor, explica, no se puede comparar a la del conocido grupo argentino Les Luthiers, porque "ellos hacen cuatro instrumentos y se basan en la palabra en sus canciones, empleando los instrumentos como soporte de su espectáculo de humor", y en su caso, lo que él mismo construye es en sí la filosofía por la que trabaja.