Uno de los problemas de los líderes mundiales es que hablan mucho y escuchan poco. El análisis lo ha hecho este sábado alguien acostumbrado a lidiar con esos líderes, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres. Y lo ha pronunciado en el arranque de la Cumbre Juvenil del Clima, la primera que acoge la ONU.

Aunque él mismo ha sido designado como oyente principal en una sesión inaugural en la que tenían la palabra la activista sueca Greta Thunberg y otros tres jóvenes de Argentina, Kenia e India, Guterres ha hecho una intervención para aplaudir al movimiento juvenil y su liderazgo y entusiasmo. Empezó como algo pequeño y lo habéis convertido en algo mundial, ha dicho el portugués, que ha definido la tarea de los jóvenes también como absolutamente esencial y les ha atribuido un cambio en el impulso a la acción.

EXIGIR RESPONSABILIDADES

Guterres ha apelado a la experiencia para señalar lo difícil que es hacer que algo se mueva y por eso ha aplaudido en sus palabras a los jóvenes por afectar e implicar en su lucha a sus familias, sus comunidades y sus sociedades. Ha destacado también el impacto que están teniendo en la forma en que actúan empresas y autoridades municipales y el peso que pueden alcanzar en elecciones y gobiernos nacionales. Y les ha animado a seguir exigiendo responsabilidad a las generaciones que les han precedido.

Dos días antes de acoger el lunes a los líderes políticos mundiales en otra cumbre climática para la que ha pedido acciones, no palabras, Guterres ha apuntado también a su objetivo de vincular el cambio climático a un nuevo modelo de justicia, recordando que entre las naciones y personas más afectadas, como las pequeñas islas o los pobres, no son quienes más contribuyen a ese cambio climático pero sí se cuentan entre los más afectado. El sufrimiento de la gente empeorará más conforme pase el tiempo, ha advertido Guterres, que ha sido tajante en opiniones como que no tiene sentido seguir subsidiando combustibles fósiles.

GRETA COMPARTE EL PRIMER PLANO

En la cumbre del lunes, aunque sea la de adultos, está invitada a hablar Thunberg, y con ese argumento la adolescente sueca ha optado por quedar en segundo plano en la sesión de apertura de la cumbre juvenil del fin de semana, cediendo la atención a los otros jóvenes activistas. Es algo que ha estado haciendo también en varias de sus otras apariciones en Estados Unidos, donde ha querido resaltar y volver los focos hacia el trabajo de otros activistas locales.

Este sábado solo ha usado el micrófono para recordar que los jóvenes son imparables. Y también ha recordado el éxito global de la convocatoria de huelga por el clima que el viernes movilizó en los cinco continentes a millones de personas, mayoritariamente jóvenes. Ella mismo participó en la de Nueva York y ahí, ante 250.000 personas según cálculos de los organizadores, sí se explayó más en su discurso.

Haremos todo lo que esté en nuestro poder para evitar que esta crisis empeore aunque signifique saltarse clases o el trabajo, porque esto es más importante, dijo en Battery Park. ¿Por qué debemos estudiar para un futuro que se nos está arrebatando?

Exigimos un futuro seguro. ¿Es demasiado pedir?, planteó también, antes de dejar una advertencia. Si perteneces al pequeño grupo de gente personas que se siente amenazado por nosotros tenemos muy malas noticias, porque esto es solo el principio. El cambio viene, les guste o no.