La reforma aumenta la represión del delito. Combina la rebaja de la pena mínima de prisión --que pasa de seis a tres meses-- con la desaparición de los arrestos de fin de semana. Hasta hoy, muchos pequeños delitos estaban penados con arresto de fin de semana o multa. Al desaparecer el arresto de fin de semana es sustituido, en muchas ocasiones, por la pena mínima de tres meses de prisión. Además, hay otro tercer elemento en esta combinación. Cuando se acumulen cuatro faltas, se cometerá un en delito. A la segunda condena de cárcel, al existir antecedentes, ya se ingresará en prisión. El texto intenta combatir la reincidencia.