La joven francesa de 23 años desaparecida en Barcelona, cuyas iniciales son L.P., fue hallada el pasado 8 de junio en el interior de un coche humeante aparcado en la Avinguda del Parallel. Había encendido una bengala náutica al manipularla, tal vez, sin querer. Se encuentra a salvo ingresada en la unidad psiquiátrica de un hospital de la ciudad. SOS Desaparecidos dio la voz de alarma ayer miércoles y la Guardia Civil colgó una orden internacional para tratar de localizarla subrayando que se trataba del caso de una persona vulnerable. Hasta ayer a última hora no fue posible deducir que la mujer de las bengalas y la joven desaparecida eran la misma persona porque esta, cuando fue encontrada por los Mossos dEsquadra, dio un apellido falso, según fuentes policiales.

Una patrulla de los Mossos acudió el pasado lunes a la una del mediodía a la avenida del Parallel alertada por una columna de humo rojo que salía de un coche en llamas aparcado en la calle. Al acercarse observaron a una joven en el interior del vehículo, junto a un perro, que había encendido una bengala marina, de las que se usan en alta mar para pedir auxilio cuando se ha naufragado. Los policías vieron que un camión dotado de una cuba de agua operaba no lejos de allí, le pidieron que acudiera a apagarla. Al ser interrogada por los agentes, la mujer, que no iba identificada, respondió con un discurso inconexo que provocó que estos comprobaran los datos del vehículo. Pertenecía a un dueño que, al ser contactado por los Mossos, aseguró que había denunciado la sustracción del coche y confirmó que en su interior guardaba bengalas náuticas. La joven fue arrestada y trasladada a la comisaría de Les Corts.

Al ingresar en los calabozos, los agentes, según fuentes policiales, se percataron de que necesitaba atención psiquiátrica y fue trasladada a un hospital donde actualmente sigue ingresada sana y salva, según las mismas fuentes policiales. El problema fue que al ser fichada en la comisaría donde se le tomaron huellas dactilares que todavía no habían permitido identificarla dio su nombre de verdad pero un apellido falso, algo que resultaría clave para que su familia desde Francia, al no poder contactar con ella y no constar que había sido arrestada, la diera por desaparecida. Ayer jueves, tres días después, la Guardia Civil colgó la orden internacional y SOS Desaparecidos pidió colaboración ciudadana.

Una agente de la sala regional de Barcelona el lugar desde el que se coordinan las patrullas de la ciudad conocía la historia de la detención y traslado a centro psiquiátrico de esta joven, de quien los agentes que la contaron destacaron su peinado: lucía trenzas de colores larguísimas, hasta la cintura. Esta funcionaria fue una de las que ayer recibió el encargo motivado por la orden de la Guardia Civil de comprobar si alguien había denunciado a los Mossos la desaparición de L.P.. Al observar la fotografía enviada por el instituto armado, vio las trenzas y también el nombre completo. Contactó con la unidad de detenidos y les mandó la fotografía. "¿La joven de las trenzas localizada el lunes es la de la fotografía?", les preguntó. Los policías respondieron que era ella.

Así finalizó la compleja historia de las bengalas náuticas encendidas en un coche de la avenida Parallel. Una llamada de auxilio frecuente en medio del océano que activó la chica en el centro de Barcelona. El humo rojo permitió ubicarla. Su peinado, que sus familiares supieran que estaba bien.